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Cocentaina abraza a la Mareta con fe y emoción

Los contestanos arropan a la Virgen del Milagro durante su traslado desde el monasterio hasta la iglesia de Santa María y le ofrecen flores y vítores

Y llegó el día grande de las fiestas en honor a la Virgen del Milagro. Los contestanos, como cada 19 de abril, arroparon a la Mareta en los diferentes actos que se celebraron en su honor en un día lleno de fe y emoción.

La jornada festiva nació a primera hora de la mañana con la «descoberta de la Mare de Déu» y con el sonido de las 27 salvas en honor a las 27 lágrimas de la Virgen. La Colla Mal Passet fue la encargada de poner la banda sonora a la Diana que recorrió diversas calles de la villa condal para recoger a las camareras, mayordomos, los homenajeados, los condes (representados por los niños Adriana Vicent Sánchez e Iker Moltó Sánchez), el mossèn (que era el niño Joan Oltra Tomás) y la suplicante (Inmaculada Ribelles Albors). Todos ellos estuvieron acompañados por la Junta de la Pía Unión.

La comitiva llegó minutos antes de las diez de la mañana al monasterio mientras muchos contestanos y visitantes empezaban a llegar a la plaza del Pla para arropar a la Virgen.

Tras bajar el icono de la Mare de Déu desde el altar hasta el trono-andas, comenzó el traslado. Los maseros sacaron a la Virgen del monasterio entre los aplausos y vítores de «Mareta, Mareta». Los vecinos de la villa condal recibían así a su patrona al tiempo que sonó la pieza «Benvinguda Reina del cel» interpretada por l'Ateneu Musical y cantada por una coral.

Los contestanos y las contestanas, ataviados con los trajes tradicionales y llevando flores, arroparon a la Mareta durante el recorrido hasta llegar a la iglesia de Santa María. En la escalinata, tuvo lugar uno de los momentos más esperados. Inmaculada Ribelles, acompañada por sus hijos, recitó la súplica ante el icono de la Mare de Déu. La protagonista, tras declamar los versos, señaló que había sido «muy emotivo. Me lo imaginaba muy emotivo, pero ha sido más de lo que me esperaba».

A continuación, centenares de contestanos llevaron flores a la Virgen. La ofrenda fue el preámbulo de la eucaristía que se celebró en Santa María y que estuvo presidida por Juan Antonio Reig, natural de Cocentaina y obispo de Alcalá de Henares.

El homenaje a los mayores y una mascletà pusieron el punto y seguido a la celebración. Por la tarde, de nuevo, los contestanos acompañaron a la imagen de su patrona por las calles de la población durante la procesión.

Cocentaina seguirá las fiestas con el segundo día del Triduo y mañana, antes habrá una ofrenda de flores infantil, una misa y el triduo por la tarde antes de iniciar el retorno del icono de la Mare de Déu al monasterio.

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