Con emoción y fervor se vivió el día grande de las Fiestas dedicadas a la Mare de Déu del Miracle de Cocentaina. Centenares de vecinos y devotos se congregaron ayer en la plaza del Pla para ver salir la imagen de su patrona del monasterio, en el que permanece durante todo el año.

No eran todavía las diez de la mañana cuando empezaron a llegar los contestanos al Pla. El acceso al monasterio se fue complicando cuando se fue acercando el momento más esperado para los vecinos de la villa, que entraban para ver el icono sobre el altar antes de su traslado.

Los mayordomos y las camareras llegaron acompañados por los miembros de la junta de la Pía Unión, así como por el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, y el obispo de Alcalá de Henares, el contestano Juan Antonio Reig. Todos entraron al monasterio para contemplar uno de los momentos más emotivos, cuando bajan del altar la imagen de la Mareta y la suben al trono con el que la llevan hasta la iglesia de Santa María, en la plaza Cardenal Ferriz.

A su salida del templo fue recibida entre aplausos y vítores de "Mareta, Mareta", al mismo tiempo que la Unión Musical y el coro Just Sansalvador interpretaron la obra "Benvinguda reina del cel" y se soltaron algunas palomas.

En procesión, el icono de la virgen recorrió varias calles de la población hasta llegar a Santa María, donde centenares de devotos aguardaron durante un buen rato la llegada de su patrona. Con la entrada a la plaza de la comitiva, la multitud cantó con fervor la pieza "La Mareta" al son del grupo Mal Passet, así como vitorearon la imagen de la Mare de Déu mientras le lanzaban claveles y gritaban "Mareta, Mareta".

Pero sin duda alguna, el momento más emotivo se vivió cuando Saúl Santonja se dirigió a la Virgen para recitarle la tradicional súplica. Con energía y visiblemente nervioso y emocionado, este joven provocó las lágrimas en muchos de los presentes que disfrutaron de este momento.

Santonja aseguró que "es mejor" de lo que se imaginaba y agradeció que su pueblo y sus vecinos lo arropasen en un momento tan importante. Por su parte, el presidente de la Pía Unión, José Manuel Moltó, destacó que "es una súplica que igual marca época".

Posteriormente, los contestanos accedieron a la iglesia para depositar centenares de flores a los pies de la Mare de Déu del Miracle. La misa mayor ofrecida por el arzobispo de Valencia cerró el acto más destacado de estos festejos patronales.