El Comtat está inmerso en plena vendimia, en una campaña en que la sequía ha mermado la cosecha pero, al mismo tiempo, ha mejorado sus cualidades de cara a la producción de vino. La falta de lluvias es más preocupante de cara al próximo año, dado que de mantenerse puede terminar pasando factura de una manera mucho más acusada.
La cosecha de uva en la comarca de El Comtat se situará este año alrededor de las 200 toneladas, lo que supone una cantidad alrededor de un 20% inferior a lo que suele ser habitual.
La fuerte sequía que se viene registrando desde el inicio del año es la principal responsable de esta merma de producción que, sin embargo, ha resultado beneficiosa en lo que respecta a la calidad de la fruta, lo cual repercutirá también de forma positiva en la elaboración de vinos.
Según explicaba Juan Cascant, director de la bodega Celler la Muntanya, con sede en Muro, « se podría decir que la climatología ha hecho en la planta lo que nosotros tenemos que hacer en condiciones normales de manera manual para lograr una maduración óptima. La menor cantidad de uva ha favorecido en principio la calidad, aunque eso es algo que se tendrá que confirmar conforme avance la vendimia».
La sequía, de mantenerse en el tiempo, podría tener peores consecuencias de cara a la próxima campaña, toda vez que las vides ya empiezan a resentirse por la falta de agua y eso se pondría de manifiesto en la cosecha venidera con un descenso más que considerable de la producción.
Con todo, se espera que las condiciones mejoren y que, con la llegada del otoño, las precipitaciones tiendan a recuperarse.
