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La construcción sigue «congelada» en Alcoy con una única vivienda autorizada en 2014

La edificación continúa casi inactiva desde 2009 por la saturación de los años del «boom» del ladrillo

El Serpis ha dejado a la mitad su proyecto en Oliver Juani Ruz

La construcción de viviendas sigue absolutamente estancada en Alcoy y sin perspectiva alguna de recuperación. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) anticipa la eventual edificación de hasta 7.000 viviendas en 25 añosPGOUedificación 7.000 viviendas25 años, pero la realidad es que el sector es actualmente inexistente: en lo que va de año, con más de ocho meses transcurridos, se ha concedido licencia para la edificación de una vivienda, de carácter unifamiliar, en la calle San Vicente, según confirma el concejal de Urbanismo, Natxo Gómez. El récord se registró en 2007, con 1.055 viviendas en un año, pero eran otros tiempos, en los que se edificó en exceso y ahora sigue habiendo un mercado saturado.

«La demanda de viviendas se ha reactivado en muchos sitios, incluso estamos vendiendo en Ibi, pero en Alcoy, nada de nada», explicaba recientemente un conocido constructor a este diario. Y las cifras corroboran la realidad: desde que empezó el año el Ayuntamiento ha dado una licencia de edificación, concretamente para una vivienda unifamiliar en la Zona Alta. Muy poco bagaje, aunque, en realidad, similar al del año pasado, en el que se otorgó la licencia para cuatro viviendas en Mossèn Torregrosa cuatro -el bloque junto a San Lorenzo, tras un largo conflicto judicial- y otra unifamiliar.

Es la realidad de sector marcado, además, por una sobreactividad en los años de «boom» del ladrillo, en el que se edificó muy por encima de las posibilidades reales de absorción de la ciudad, lo que ha motivado que haya un excedente al que resulta difícil dar salida. En concreto, según fuentes del sector, el nivel de demanda en Alcoy era en tiempos de bonanza de unas 400 viviendas al año, una cifra que se sobrepasó de manera destacada en 2007, ejercicio en el que se proyectaron 1.055, marcándose el punto álgido. Fue la expansión de la zona de Font Dolça y también en el casco antiguo, donde se levantaron algunos edificios.

En 2008, la cifra bajó a solamente 601, pero en 2009 se hundió hasta las 44 viviendas y en 2010 todavía cayó más, hasta llegar a 5, una tendencia que se mantiene hasta la actualidad. Además, entre 2008 y 2011 las promotoras renunciaron a 573 pisos que tenían aprobados, ante la imposibilidad de darles salida por la coyuntura negativa. El proyecto más importante suspendido fue el de la manzana de Harinas Bufort, que tenía previstas 220, pero también quedó colgado el de El Serpis en la calle Oliver, una empresa que tampoco ha podido culminar el desarrollo que había pactado con el Ayuntamiento en una parcela junto a El Castellar, todo ello por el traslado de su factoría.

Todo esto, además, se registra en un contexto de auténtica caída de precios de la vivienda en la ciudad. Al margen de los «saldos» que han efectuado las entidades bancarias, por ejemplo con algunos bloques en la Font Dolça, que se han vendido casi a mitad de precio, el mercado ha registrado un descenso significativo, de manera que se ha pasado de un precio medio de 1.100 euros el metro cuadrado a unos 800; esta tarifa, no obstante, oscila mucho, de manera que esta cifra se incrementa considerablemente en las calles principales, especialmente las vinculadas con las Fiestas de Moros y Cristianos, pero desciende de forma significativa en otras zonas, sobre todo por el centro histórico.

En este contexto de escasa demanda, la construcción de viviendas es nula, mientras el mercado de segunda mano también tiene dificultades para reactivarse. Entre tanto, las previsiones de 7.000 viviendas para 25 años que aporta el nuevo PGOU se configuran como una utopía, al menos atendiendo a la situación actual.

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