Teresa Ivorra, la vecina nonagenaria de Alcoleja que falleció el jueves por la tarde mientras los ladrones asaltaban su casa, murió asfixiada por la mordaza o a resultas de un infarto que sufrió por el stress, extremos que barajaba ayer la Guardia Civil. De hecho, la autopsia, practicada en la mañana ratificó la impresión inicial de que el cuerpo de la infortunada mujer, que fue maniatada, no presentaba signos de violencia, según las informaciones recogidas.

Mientras Alcoleja y toda la zona de la Montaña en su conjunto siguen conmocionadas por este suceso, la Guardia Civil volvió a protagonizar ayer un masivo despliegue de efectivos, en buena parte de la Policía Judicial. Durante toda la jornada se continuó con la inspección ocular y tomando huellas en la casa número 16 de la plaza Palau, en el centro neurálgico de la población, con el fin de tratar de identificar a los autores del asalto.

Cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, como se adelantó ayer, penetraron en el inmueble de tres plantas, tras rociar con un spray irritante a la asistenta de 30 años, vecina de Penàguila; una vez dentro, zarandearon y golpearon a la ayudante y la maniataron. También ataron de manos a Teresa Ivorra, de 90 años, que llegó a caer al suelo e incluso, tuvo que recibir el impacto de la asistenta, que le cayó encima durante los forcejeos. La auxiliar, tras desprenderse de las ligaduras, pidió auxilio y tuvo que ser asistida por las heridas que presentaba y un ataque de ansiedad.

Los autores, que ayer se empezó a sospechar que podían ser extranjeros, por el acento de una de las mujeres, revolvieron todo el inmueble y se marcharon, en dirección indeterminada. Los investigadores, según las fuentes consultadas, todavía no habían determinado ayer si se había llegado a robar algo, mientras se corroboraba que la casa carecía de caja fuerte y, en principio, de objetos de excesivo valor. En el pueblo corre la sospecha de que alguien haya podido facilitar información concreta a los ladrones, extremo que no descartan los investigadores, pero sin concretar si puede tratarse de alguien de la localidad o foráneo.

Los agentes tomaron declaración a múltiples vecinos y huellas dactilares de la cabina situada al lado de la casa, hecho que puede tener relación con el intento que hubo hace unos días de acceder a la casa por parte de unos hombres con la excusa de llamar por teléfono, hecho que les fue negado.

Mientras tanto, la juez del Juzgado de Instrucción número 2 de Alcoy, que se ha hecho cargo de las investigaciones, decretó el secreto del sumario, abierto por supuestos delitos de robo con intimidación, lesiones y muerte de una mujer.

Desde la Guardia Civil se informaba anoche que no hay una línea de investigación concreta en estos momentos, ni tampoco que se haya podido delimitar a algunos sospechosos de manera específica, mientras se sigue trabajando en todas las direcciones posibles.

Las fuentes consultadas, por último, han reconocido que de unos meses a esta parte se han producido varios robos en Alcoleja y poblaciones limítrofes, pero todos han sido con "intimidación" y no con "violencia", como ha ocurrido en el trágico episodio de esta semana. Sin embargo, no se ha apuntado si los autores pueden ser una banda o se trata de ladrones distintos que van operando por las poblaciones.