Una mujer de 90 años, vecina de toda la vida de Alcoleja, murió sobre las 14,30 horas de ayer mientras cuatro personas -dos hombres y dos mujeres- desvalijaban la vivienda, en pleno centro de esta población de El Comtat. La Guardia Civil, al igual que el alcalde Francisco Fenollar, informaban anoche de que la víctima no presentaba signos de violencia externa, pero los testimonios recogidos por este diario apuntaban a que tanto la víctima -Teresa Ivorra- como su asistenta fueron zarandeadas, hasta el punto que la nonagenaria cayó al suelo. El Instituto Armado remitía a la autopsia para determinar las causas precisas.

Eran las dos y media de la tarde, cuando alguien llamó a la puerta de la casa número16 de la plaza Palau, en pleno centro de Alcoleja. Al abrir el ventanuco, la mujer de 30 años que asistía a Teresa fue rociada con un spray, instante en el que los cuatro asaltantes penetraron en la casa, un bajo. Una vez dentro, llevaron a la asistenta a una habitación y a la mujer mayor a otra, golpeándolas y zarandeándolas para que dijeran dónde guardaban el dinero y las joyas; la propietaria llegó a caer al suelo y ambas fueron posteriormente maniatadas y amordazadas, según pudo saber este diario.

Los cuatro asaltantes, en principio de origen español, se repartieron por toda la casa, revolviendo todos los cajones y enseres, con el fin de apoderarse de los objetos de valor. Anoche no había trascendido si habían llegado a consumar su objetivo. Los ladrones acabaron marchándose, aunque se ignora en qué dirección, y pocos minutos después la asistenta, que tenía rasguños en la cara, consiguió liberarse de las ataduras.

Salió a la calle gritando y pidiendo socorro y se encontró con una vecina, que se había asomado al observar algo extraño. Fue en ese instante, al regresar al interior de la vivienda, cuando se percataron de que la mujer había muerto. Dada la alarma, se activaron los servicios de emergencia, acudiendo hasta el lugar una ambulancia del SAMU que solamente pudo corroborar el fallecimiento de Teresa Ivorra y atender a la asistenta, que presentaba un ataque de ansiedad y nervios, así como rasguños en la cara por las agresiones sufridas.

Anoche, fuentes de la Guardia Civil indicaron que la mujer fallecida no presentaba signos de violencia externa -extremo que también corroboró el alcalde de la población-, pero se descartaba cualquier hipótesis hasta después de la autopsia, salvo que hubiese muerto por el susto, los nervios y el estrés de la agresión a su domicilio.

La Guardia Civil se hizo cargo de las investigaciones, desplazando un importante contingente de efectivos hasta Alcoleja, que tomó literalmente la casa del suceso; de hecho, para garantizar la tranquilidad de las pesquisas, cortaron la calle -la principal del pueblo- con un vehículo a cada lado. Los agentes, con atuendos especiales, se desplegaron por la vivienda y procedieron a las labores habituales de toma de huellas dactilares e investigación de eventuales pruebas; de hecho, se pudo constatar que se habían retirado multitud de objetos, para su posterior análisis en las dependencias policiales.

Fuentes de la Guardia Civil expresaron su sorpresa ante el ataque a esta vivienda, significando que carece de caja fuerte o de objetos de especial o importante valor.

Alrededor de las 20,30 horas se personó en el lugar de los hechos la juez de guardia de Alcoy, que continuó con las investigaciones y las pruebas en el recinto, hasta que a las 21,30 horas se procedió al levantamiento del cadáver, que fue colocado en un coche, entre un gran despliegue de seguridad, para su traslado al Instituto de Medicina Legal de Alicante, para efectuarle autopsia, previsiblemente en el día de hoy.

Las investigaciones continuaban en la vivienda, entre la curiosidad de los vecinos, que desafiaron el intenso frío para contemplar los trabajos de la Guardia Civil. El suceso provocó gran consternación, toda vez que la fallecida es una vecina del pueblo de toda la vida que vivía con su sobrino, el cual no se encontraba en la casa en el momento de los hechos y se mostraba muy afectado.

Los vecinos señalan robos previos y denuncian inseguridad

Los residentes en Alcoleja -193 personas censadas hasta ayer- no daban crédito a lo sucedido a su vecina, aunque se apresuraron a denunciar que en los últimos tres meses la población ha sufrido varios robos, lo que está generando una cierta sensación de inseguridad. Alcoleja depende del cuartel de la Guardia Civil de Cocentaina, que tiene que cubrir con sus limitados medios la mitad de la comarca de El Comtat; los efectivos de Muro atienden el resto. "Por eso, pasan cuando pasan", señalaba un vecino. Aparte, ha cundido la alarma al haberse perpetrado este luctuoso suceso en la calle más céntrica de la población, la de la carretera que cruza el pueblo de parte a parte, además entre casas que están habitadas y a pocos metros de un bar; o sea, que se trata de un área concurrida. "La carnicería la han robado tres veces y también han robado en casas particulares", señalaba otro residente. Los vecinos evidenciaron anoche su absoluta intranquilidad después de lo sucedido y abogaron por la necesidad de que se dote de mayor vigilancia a los pequeños pueblos de la zona de la montaña, que están muy alejados de los cuarteles. Ayer tarde y por la noche, sin embargo, el pueblo estaba literalmente tomado por la Guardia Civil, en un despliegue nunca visto.