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Los regantes llevan dos años sin poder usar el agua del pantano de Tibi por su salinidad

La ausencia de lluvias y los aportes salobres de una fuente hacen inservibles los 1,8 hm3 de la presa. La falta de caudales de calidad y el retraso del Júcar-Vinalopó impiden a los comuneros modernizar sus regadíos

El pantano de Tibi, el más antiguo de Europa que aún funciona, en una imagen reciente. juani ruz

Dos años ya sin utilizar el agua del pantano de Tibipantano Tibi. La alta salinidad que presenta el caudal que almacena esta instalación de siglo XVI junto con la falta de precipitaciones hace que desde 2012 los regantes de l'Alacantí no hayan podido usar ese agua, ni siquiera mezclándola con la procedente del trasvase o de la depuradora de Orgegia.

La falta de caudales de calidad es acuciante para la Comunidad de Regantes Sindicato de Riegos de la Huerta de Alicante, propietaria de la presa, y esto, además de limitar el tipo de cultivos y poner en peligro cosechas, les impide acometer la necesaria modernización de regadíos que permitiría ahorrar agua.

Con el caudal del pantano de Tibi inservible y con el trasvase del Tajo-Segura bajo mínimos, su única fuente continua es el agua de la depuradora de Orgegia, en Alicante, ya que siguen a la espera de que se ejecute la conducción para aprovechar los recursos que genera la depuradora de Sant Joan, que se pierden por el río Seco y cuyo coste se ha disparado hasta los 1,7 millones. Pero con el agua depurada no se puede acometer la modernización de los regadíos, ya que se requiere de agua de calidad para tuberías a presión. Las procedentes de aguas residuales obstruyen las conducciones por su alto contenido orgánico lo que lo hace inviable el uso del goteo. De ahí que se siga regando a manta en la comarca, y eso cuándo hay agua, que no es siempre, según recuerda el presidente de la Comunidad de Regantes, Francisco Vidal.

En cuanto al pantano de Tibi, Vidal explica que su postura no ha variado desde que hace unos años descartaron acometer un costoso dragado del vaso para duplicar la capacidad de esta infraestructura hidráulica, la más antigua en funcionamiento de Europa y declarada Bien de Interés Cultural (BIC). La alta conductividad del agua -salinidad-, con más de 4.000 microsiemens, ha hecho en los últimos dos años inviable su uso, aunque se mantiene un caudal ecológico para el río Montnegre y en las partidas de Montnegre de Dalt y Baix sí que se usa en los cultivos.

Renovación

La falta de precipitaciones que rebajen la alta salinidad del agua que alberga en pantano, cerca de 1,8 hm3 actualmente, y los aportes de una fuente de la zona que son muy altos en sales, unido al escaso caudal que vierten las depuradoras de la Foia de Castalla al río Verd que desemboca en el embalse, hacen que la renovación del agua sea mínima.

Además, la reciente culminación de la infraestructura para que los regantes de Agost aprovechen el agua de las depuradoras de Ibi y Castalla conlleva que el caudal que se vierte al río sea aún menor. Igualmente, el costoso dragado del pantano tiene el problema de qué hacer con los lodos que aterran el embalse, muy contaminados producto de las aguas sin depurar que hace décadas venían de las industrias de la Foia y que representan un grave problema ambiental de difícil solución.

Las abundantes lluvias registradas en 2009, 2010 y 2011 permitieron a los agricultores de l'Alacantí usar el agua del pantano, mezclada con la depurada o la del trasvase para reducir la conductividad, entre 2010 y 2012, pero desde entonces nada. Vidal señala que situaciones así se han vivido en otras ocasiones, pero la falta de recursos en la comarca es cada vez más grave.

Postrasvase

Por ello, los regantes de la comarca, integrados dentro de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó-l'Alacantí, reclaman que cuanto antes llegue el agua del trasvase del Júcar-Vinalopó, que en el caso de l'Alacantí depende de la ejecución de las obras necesarias para desviar el agua desde Novelda a Monforte del Cid, Agost, San Vicente y Mutxamel, proyecto dividido en dos fases que aún está en redacción tras dejar la Conselleria de Agricultura sin fondos esta obra hace un año.

Con la llegada de ese caudal procedente del Azud de la Marquesa, en Cullera, los regantes podrán acometer la modernización de regadíos, que requeriría varias fases y que empezaría por una inversión de unos dos millones de euros, que se financiarían a través de ayudas y préstamos a interés cero.

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