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El Campello

Cultura retoma los sondeos en el fortín ibero arrasado por una excavadora

La Conselleria realiza catas arqueológicas para valorar los daños, realizar otra excavación y reconstruir el recinto militar de Aigües Baixes, tras recurrir a los tribunales para lograr el permiso del dueño

Imagen de los trabajos arqueológicos que se han realizado esta semana en Aigües Baixes. INFORMACIÓN

La Conselleria de Cultura ha realizado esta semana catas arqueológicas en el yacimiento de Aigües Baixes, en la zona norte de El Campello, para valorar el estado del enclave ibero, que fue destruido en parte por una excavadora hace año y medio, hecho por el que hay dos personas imputadas. Esta excavación se ha realizado tras tener que recurrir la Generalitat al juzgado para obtener el permiso del dueño de la parcela, que inicialmente no atendió los requerimientos de Cultura.

Según explicó el alcalde Benjamí Soler, con los datos que se obtengan de esta excavación se estudiarán los daños sufridos, de cara a la realización de una nueva prospección más minuciosa y una futura reconstrucción de este fortín de más de 2.500 años de antigüedad, pero de cuyo auténtico valor no salió a la luz hasta el verano de 2013.

Cultura quiere conocer de primera mano la situación del enclave con el objetivo de recuperarlo, un renovado interés que coincide con el cambio de gobierno en la Generalitat. No hay que olvidar que la propia Conselleria rechazó a finales del pasado año la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) para Aigües Baixes, alegando que el yacimiento ya estaba arrasado. Su destrucción se produjo cuando ya estaba protegido como Bien de Relevancia Local y se estaba tramitando elevar su catalogación a BIC, tras los hallazgos realizados en 2013. Fue durante las excavaciones realizadas en verano de aquel año por un equipo encabezado por la Universidad de Alicante (UA) cuando se descubrió que el enclave, ya documentado una década antes, tenía mucho más valor del que se pensaba inicialmente. Y es que se trata de un conjunto fortificado único en el litoral mediterráneo español.

Investigación policial

Precisamente la investigación de la Guardia Civil apunta a que el fin que buscaba esta grave agresión sobre el yacimiento era que se incrementara su protección, algo que por el momento han logrado los autores. Hay dos imputados por el juez por un delito contra el patrimonio, aunque no han trascendido sus identidades. Por otra parte hay que recordar que a pesar de que el propietario de la parcela, ubicada muy cerca del mar, autorizó las prospección de 2013, tras la destrucción se mostró esquivo y no atendió a los requerimientos de la Conselleria, que ha tenido que ir a los tribunales para obtener su permiso para acometer una nueva excavación de la zona, accediendo finalmente el dueño.

El secretario autonómico de Cultura y Deporte, Albert Gerona, la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga, y el director general de Deporte, Josep Miquel Moya, visitaron el pasado jueves el yacimiento, acompañados por el alcalde Benjamí Soler y diversos compañeros del equipo de gobierno. El primer edil explicó que la Conselleria ha mostrado un gran interés por este yacimiento y que el objetivo es continuar con las excavaciones y su restauración con un fin científico y divulgativo. Así mismo advirtieron de que no permitirán bajo ningún concepto actuaciones de este tipo, que destruyen un patrimonio cultural tan importante como el descubierto en el Barranc d'Aigües, a pocos metros de la Torre del Barranc d'Aigües, levantada 2.000 años después.

Reconstrucción en 3D

Hay que recordar que el equipo de arqueólogos responsable de la excavación de Aigües Baixes presentó en un congreso en Madrid el pasado octubre una propuesta de reconstrucción en 3D del fortín. Y es que el trabajo de documentación realizado con las últimas tecnologías cuando acabó la excavación permite saber cómo eran los restos arrasados con exactitud, e imaginar de forma muy próxima a la realidad cómo era este recinto militar de planta trapezoidal de 350 m2 formado por un patio de armas y tres estancias no comunicadas entre sí, que albergó una pequeña guarnición para la vigilancia y defensa contra los piratas. 2.500 años después, se lucha por recuperar este pedazo de historia.

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