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Xixona

El clúster agroalimentario de la Generalitat fracasa al no interesar a ninguna empresa

El alquiler gratuito de las parcelas promovido por el Consell en El Espartal III no ha atraído a las firmas

El clúster agroalimentario de la Generalitat fracasa al no interesar a ninguna empresa

Hace justo un año el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, visitaba Xixona para impulsar el primer clúster agroalimentario de la Comunidad. Con esta medida se pretendía animar la instalación de firmas en el parque empresarial El Espartal III, promovido por el Consell y que apenas cuenta con cinco mercantiles pese a terminarse hace casi una década, a finales de 2006. Pero el proyecto por el momento es un sonoro fracaso.

A pesar de las grandes facilidades que da el Institut Valencià de Competitivitat Empresarial (Ivace) para que las mercantiles levanten allí sus naves, nadie ha presentado solicitud para acceder a una de las 42 parcelas que se ofrecen y que suman unos 65.000 metros cuadrados. Ni siquiera la posibilidad de alquiler gratuito a través del modelo de arrendamiento Ad Aedificandum ha atraído a empresa alguna.

El plazo para optar a estas parcelas en El Espartal III, donde la Generalitat aspiraba a que se pudieran establecer hasta 24 empresas que crearan unos 250 empleos, finalizó hace más de un mes sin ninguna oferta. Este polígono sigue siendo un desierto salvo por la enorme planta de chocolate de Antiu Xixona, que surte a Mercadona como único proveedor, el Consejo Regulador del Turrón, la distribuidora de artículos de higiene Huraya y un par de empresas más pequeñas. De los 102.000 m2 de superficie industrial con los que cuenta el polígono, quedan unos 65.000 por vender, mientras que del resto una parte corresponde a las citadas firmas que ya están operando y otra parte menor está vendida pero sin construir.

El pliego para acceder a estas parcelas contemplaba una nueva reducción del precio por m2, la introducción por primera vez de la opción de compra en la modalidad de derecho de superficie y la rebaja en dos puntos del interés (del 6% al 4%) en la compraventa con pago aplazado. Además, en todas las modalidades se simplificaron las condiciones de acceso al suelo industrial y las obligaciones exigidas.

Pero el principal atractivo que anunció Fabra el 4 de junio en su visita al Consejo Regulador de Turrón era la fórmula de comercialización que permite la cesión de suelo público sin coste de canon ni alquiler. Consiste en que la Generalitat cede terrenos por un plazo de hasta 99 años con la finalidad de que se realicen construcciones a costa del arrendatario. La empresa no paga la renta mensual por el alquiler de la parcela y la propiedad de la edificación se incorpora al patrimonio del Ivace. Pero no ha tenido éxito en Xixona, ni esa fórmula ni otras, pese a que el precio ha pasado con sucesivas rebajas de 90 euros/m2 inicial de 2006 a 50 euros/m2 que se ofrece actualmente.

Tramitación interminable

Sin duda el gran retraso en poner en marcha este polígono tras una interminable tramitación y demoras y la crisis han impedido que se implanten más industrias. Era una de las grandes reivindicaciones de los empresarios en los años 90, para poder sacar sus fábricas del casco urbano y ampliar sus instalaciones, pero hasta finales de 2007 no fue una realidad. Debido a su retraso, fue la iniciativa privada la que tuvo que tirar del carro para reactivar la industria xixonenca, con el polígono que promovió la turronera El Lobo-1880 para poder instalar allí su nueva fábrica, que entró en funcionamiento en 2003. Su parque empresarial era inicialmente de 60.000 m2 pero debido a la gran acogida tuvo que duplicarlo, permitiendo la instalación de unas 40 empresas a escasos metros de donde se proyectaba la eterna promesa de El Espartal III.

Igualmente la puesta en marcha del polígono Riodel en Mutxamel, situado a pocos kilómetros y terminado pocos meses después que el de Xixona pero sin tantas demoras -los retrasos también ahuyentaron a muchos empresarios-, perjudicó a El Espartal III, que con la crisis recibió la puntilla definitiva.

Malas comunicaciones

Otro problema que este polígono comparte con el resto del tejido industrial de Xixona es la deficiente comunicación con la autovía a través de la CV-800, cuyo desdoblamiento ha quedado en el olvido. Por ejemplo un punto fuerte de Riodel es su excelente comunicación con la AP-7 y la A-70, lo que también ha pesado en la decisión de los empresarios de instalarse allí.

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