Un fuerte olor a cloaca invadía ayer los bloques de viviendas de Santa Isabel situados frente al instituto Haygón. Y, sin embargo, según explicaban los vecinos, el hedor era mucho más suave que el que han soportado este fin de semana pasado. «El sábado y el domingo aquí no se podía estar por la peste a porquería», relataba ayer José Miguel Pardo, propietario de una tienda de comestibles de la calle de Los Sauces, uno de los más perjudicados por este problema.
«Llevamos ya una semana y el olor es horrible», añadía la presidenta de la Asociación de Vecinos del barrio, Amparo Zambrana, quien atribuye la pestilencia a fallos en la estación de bombeo situada frente a la entrada al colegio Haygón. Según explica, había un proyecto que aún no se ha llevado a cabo para eliminar esta maquinaria que bombea las aguas negras que llegan procedentes de Haygón, Sol y Luz, Rejas Verdes y Girasoles.
Baldomero Martínez, otro de los afectados, señalaba que vive en un primer piso y en ocasiones tiene que cerrar las ventanas de su casa porque el fuerte olor que entra desde la calle es «insoportable». Más difícil de evitar, explicaban los vecinos, es el que entra por los desagües y que no sólo afecta a varios bloques de Santa Isabel sino también a algunos chalets de Haygón.
Para el propietario de la tienda de comestibles «Los Arcos» el problema es especialmente grave porque, según apuntaba, «a veces los clientes entran y parece que el olor sea del establecimiento. Para un comercio de alimentación esto es fatal».
En esta ocasión, ni Martínez ni Pardo han dado aviso para que se solucione el problema ya que aseguran que en otras ocasiones sí que han llamado al Ayuntamiento o a la Policía, sin lograr que se resuelva el problema. En todo caso, la asociación vecinal sí prevé presentar un escrito al Consistorio.
Por su parte, fuentes municipales explicaron ayer que no se ha recibido alerta alguna sobre este último episodio de malos olores en la zona. En todo caso, señalaron que el origen posiblemente esté en una antigua conexión del alcantarillado pues el problema de los olores que solían llegar de la fábrica de helados ya se resolvió.
