Pastel de tomate con salazones, pollo rebozado engarzado con guindilla y salsa agripicante, crêpe de calabacín con crema y pollo, yogur de langostino a la ñora... son algunas de las 40 tapas que se pueden probar durante las dos próximas semanas en los bares y restaurantes de Mutxamel. Y también las que están cosechando el mayor éxito, las tapas innovadoras, son las que están triunfando en la quinta edición de la feria Mutxatapa que arrancó hace una semana.

El municipio potencia su faceta gastronómica y hasta el domingo 22 de junio celebra esta fiesta de las tapas. Participan 40 bares, restaurantes, horchaterías y pubs de los algo más de cien establecimiento con los que cuenta el municipio. Y la iniciativa es muy sencilla, consiste en ofrecer a los clientes un tentempié acompañado de una bebida al precio de 2 euros.

Esta actividad culinaria arrancó el primer fin de semana de junio y lo hizo de la mejor forma posible, se vendieron 7.000 tapas, lo que hace ser optimistas a los hosteleros locales que iniciaron esta nueva edición con el objetivo de superar las 33.740 tapas vendidas el año pasado.

Aplicación móvil

Este es el quinto año que se celebra esta feria que como novedad aporta una app para que el usuario tenga fácilmente en su teléfono móvil los locales y las tapas que ofrecen e incluso votar a las mejores. Se acompaña este fin de semana de un tren turístico gratuito que recorre el municipio. Hace ocho paradas que se encuentran próximas a los bares participantes. Si la iniciativa tiene éxito en la edición de octubre de Mutxatapa se volverá a ofrecer el tren turístico para hacer la ruta de las tapas.

A por el primer premio

Manuel Márquez es uno de los hosteleros que participa en Mutxatapa y lo hace convencido de la promoción que supone para su negocio y no por obtener beneficios económicos que reconoce que son escasos. El año pasado su tapa fue segundo premio y este año quiere ganar con su fondo de langostino en yogur con base de confitura de mora. Explica estos días es muy agradable ver los bares llenos. «Últimamente, viendo como está todo, ver el bar lleno te da alegría. A mi me ayuda sobre todo a que me conozca gente. Llevo 38 años y aún hay quien es del pueblo y me dice que no me conocía», señaló.