El más saneado de los municipios de más de 25.000 habitantes de la provincia. El Campello se ha convertido, gracias a enlazar millonarios superávits, en la población que lidera la bajada de la deuda viva -con entidades financieras- en la provincia y en la más saneada de las grandes ciudades alicantinas. Según los datos del Ministerio de Hacienda correspondientes al cierre del año pasado, El Campello volvió a reducir su deuda casi a la mitad, dejándola en 3.536.000 euros. Y este año cancelará todos sus compromisos con los bancos gracias al superávit registrado en la liquidación del presupuesto de 2013: 8.188.204,14 euros, producto sobre todo de los ingresos por el IBI.
En lo que respecta a la comarca, al otro lado se sitúa Aigües, que ha visto como su deuda casi se ha cuadruplicado en un año debido a que con el Plan de Pagos a Proveedores han aflorado facturas en los cajones y otras deudas. En el resto de la comarca todos los municipios han bajado su endeudamiento, fruto de la Ley de Estabilidad Presupuestaria impuesta por el Gobierno central desde 2012 que obliga a destinar la mayor parte del superávit a amortizar deuda y que impide contratar nuevos préstamos. Destacadas son las reducciones de Agost (34,8%), Xixona (26,9%), Mutxamel (17,6%), San Vicente del Raspeig (17,1%) y La Torre de les Maçanes (15,6%), mientras que son mínimas en los casos de Sant Joan (6,5%) y Busot (1,5%).
El Campello presenta una arcas municipales tan saneadas debido sobre todo a los ingresos procedentes del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que tras la revisión catastral de 2007 se han duplicado en seis años, supliendo la caída en la recaudación de impuestos derivados de la construcción y permitiendo al Consistorio que este año vaya a cancelar todas sus deudas. El equipo de gobierno de PP y Decido ha anunciado que este año tras amortizar los prestamos, destinará buena parte del superávit a inversiones, aunque no contempla ningún gran proyecto para este mandato. De los municipios de más de 10.000 habitantes, sólo Castalla y Rojales tienen unas arcas más saneadas que El Campello.
Problema para los saneados
El problema para municipios como El Campello o Xixona, con un endeudamiento muy bajo, es que la citada Ley de Estabilidad Presupuestaria no deja margen de maniobra para poder emplear el dinero de los superávits en inversiones de calado, ya que obliga a amortizar deuda. Desde Xixona, que impulsa la construcción de un pabellón cubierto, el equipo de gobierno socialista lamenta esta situación, ya que le impide ahorrar dinero para este proyecto y se ve forzado a cancelar préstamos aún suponiéndole mayores gastos por penalizaciones por amortización anticipada.
El Ayuntamiento xixonenc recuerda que a final de este año deberá a los bancos como máximo 936.000 euros, es decir un 12%, cuando la ley permite el 75%, por lo que lamenta que para sanear otros consistorios endeudados se castigue de esta forma a los que gozan de buena salud, que quedan atados para acometer nuevas inversiones.
Destaca que Xixona liquidó 2012 y 2013 con superávit gracias a su buena gestión, sin haberse tenido que acoger al Plan de Pago a Proveedores, y la deuda que mantiene con los bancos está muy lejos del límite permitido por la ley, por lo que «en nuestra opinión la prioridad es hacer circular el dinero y no amortizar préstamos. Y todo ello, a pesar de que la Generalitat debe al Ayuntamiento más de un millón de euros, saltándose a la torera todos los plazos legales de pago».
Facturas pendientes
Al otro extremo está Aigües, que ha pasado de deber 241.000 euros a 927.000 euros en un solo año. El motivo, según aclaró la alcaldesa Mari Luz Iborra, han sido las facturas que había pendientes de pago del anterior mandato, tanto a proveedores como a la Mancomunitat de la Bonaigua, entidad ya disuelta. Por ello el municipio sí que se ha tenido que adherir al Plan de Pago a Proveedores, permitiendo así el cobro de deudas a pequeñas empresa que llevaban tiempo esperando el abono. Iborra chacó estas facturas pendientes a la anterior legislatura, en la que su compañera del PP, Pilar Sol, presidió el Ayuntamiento aigüero.
