Una tienda de Santander ha sido condenada a pagar una multa de 22.000 euros en concepto de indemnización a la antigua propietaria de un móvil que se puso de nuevo a la venta sin borrar las fotos que contenía.

La afectada había devuelto el smartphone al establecimiento sin poder borrar las imágenes que contenía porque el aparato no se encendía y, ocho meses después, se enteró por una amiga que el móvil estaba de nuevo a la venta en una estantería de la tienda, accesible al público y aún con las fotos que ella había tomado. Entonces, decidió interponer una denuncia.

Tras recurrir a la justicia, el Juzgado de Primera Instancia número 7 de Santander le dio la razón en una sentencia del pasado día 12 que trascendió este martes. El juez consideró que la decisión de la tienda es una grave intromisión en su honor y una vulneración de su intimidad y que es obligación del comercio restablecer los valores de fábrica y eliminar todo su contenido.