Samsung ha suspendido temporalmente la producción de su Galaxy Note 7, el último dispositivo que lanzó al mercado hace apenas unos meses tras comprobarse que los problemas con la batería del modelo original, que se incendiaba en algunos casos mientras se estaba cargando, no han sido solventados del todo en los nuevos modelos de reemplazo: hasta ocho dispositivos nuevos, llamados "seguros", se han incendiado en los últimos días en EEUU, Seúl y Europa.

En agosto Samsung lanzó al mercado el Galaxy Note 7, un dispositivo de gran formato -phablet- englobado dentro de su gama de dispositivos premium que se adelantaba estratégicamente al lanzamiento del iPhone 7 de Apple. La idea de la compañía coreana era clara: golpear primero para hacerlo dos veces. Pero pronto iban a llegar los primeros rumores sobre problemas con las baterías del recién estrenado purasangre coreano: sus baterías se incendiaban.

A finales de agosto saltaban todas las alarmas y después de que la CPSC -Consumer Product Safety Comission-, la entidad encargada de velar por la seguridad de los consumidores en Estados Unidos, emitiera un inapelable comunicado en el que afirmaba que estaban "trabajando con Samsung para retirar todos los dispositivos tan pronto como sea posible", el gigante coreano anunció el 2 de septiembre que empezaría a retirar los Note 7 en todo el mundo para ser sustituidos por modelos "seguros". Según distintos analistas, el problema le podía suponer a Samsung un agujero de más de 1.000 millones de dólares en su cuenta de resultados.

El problema de las baterías que se incendiaban no afectó al Samsung Galaxy 7, el modelo de menor tamaño presentado en el Mobile World Congress de este año, y la retirada del Note 7 se ha realizado con celeridad a lo largo de las últimas semanas, periodo en el que unos nuevos dispositivos marcados como "seguros" han llegado en sustitución de los defectuosos. Pero no ha sido más que un espejismo ya que hasta ocho dispositivos "seguros" han ardido en los últimos días. Según el New York Times, citando fuentes internas de la compañía, la empresa coreana habría decidido dejar de fabricar el móvil "al no tener el problema bajo control".

Lo cierto es que la decisión llega después de que los principales operadores estadounidenses anunciaran que iban a dejar de distribuir el Note 7 por cuestiones de seguridad, un duro golpe para el mayor fabricante de móviles del mundo en uno de los principales mercados del planeta. Ayer mismo, el segundo operador más importante del país, AT&T, dijo que incluso iba a dejar de sustituir los dispositivos antiguos por los nuevos debido a que habían recibido varios informes de incendios en los nuevos Note 7. Por si esto fuera poco, la pasada semana un vuelo de Southwest Airlines tuvo que ser evacuado después de que un Note 7 ya reemplazado, de los llamados "seguros", empezara a echar humo en el interior del avión.

En nuestro país los principales operadores consultados por este rotativo todavía no están en disposición de afirmar si se iniciará o no una retirada del Galaxy Note 7. En las próximas horas se comunicará oficialmente.