Mucho se estaba hablando en las últimas semanas de lo que presentaría Apple en su vigésimo sexta conferencia de desarrolladores que ha empezado este lunes y que finalizará el próximo viernes. Y pese a que todo el mundo sabía que el servicio musical de la compañía era algo cantado, nadie supo adivinar que el producto sería tan completo. Completo, aunque no redondo.

El servicio de suscripción Apple Music se pondrá en marcha el próximo día 30 en más de 100 países. Es de suponer que el nuestro será uno de esos 100 primeros afortunados en recibir el nuevo sistema musical de Apple, aunque al cierre de este artículo no se había confirmado, al igual que el precio definitivo en nuestro país, que será de 9,99 dólares mensuales en EE.UU. -14,99 dólares para suscripciones familiares de hasta 6 personas-. Por lo pronto, en una jugada maestra muy propia de la compañía de Cupertino, los primeros tres meses serán gratuitos, de forma que cualquiera que posea un iPhone, iPad u ordenador -Mac o Windows' tenga la oportunidad de probarlo antes de decidir si merece la pena pagar. Android llegará más adelante.

Pero, ¿qué es exactamente Apple Music? En una palabra: todo.

Bueno, todo lo que tenga que ver con la música. Y es que, en una pirueta circense, el fragmentado sector musical se encuentra, de repente, con todas sus patas ancladas a una misma mesa. En la actualidad hay servicios en streaming -Spotify es el más conocido-, tiendas en línea de música -como iTunes-, plataformas de vídeo como YouTube o Vimeo, redes sociales… Una locura. Y ante tantas opciones y semejante desbarajuste, ¿por qué no poner un poco de orden?

Eso ha debido pensar la compañía norteamericana para tirarse a la piscina y crear Apple Music, una plataforma que aglutina bajo un mismo paraguas todo lo relacionado con la música, los artistas y sus andanzas. Pese a que en un principio pueda parecer un proyecto extremadamente ambicioso -sin la colaboración de los propios artistas, esta plataforma está abocada al fracaso- hay que reconocer que si de algo sabe Apple es de música. Cuando todo el sector musical languidecía por la piratería, Napster y los torrents, Steve Jobs se empeñó en crear un sistema con el que nadie estaba de acuerdo pero que reinventó a toda una industria. Su tienda digital iTunes demostró que se podía seguir haciendo negocio con la música.

Y entonces, ¿por qué no volver a intentarlo? El público en general está ávido de novedades, de nuevos formatos, y la música es una piedra angular del consumo cultural. Poder tener lo último de tu artista favorito, sus vídeos, todos sus discos e incluso estar en contacto con ellos es algo que hasta ahora no existía. Y todo eso representa el nuevo ecosistema Apple Music.

Ahora tan solo falta ver la implicación de todos esos artistas y cómo interactuarán con sus fans a través de la nueva plataforma de Apple. Esa puede ser la tenue nota musical que separe el éxito del fracaso de la plataforma. En plena época del consumo digital masivo, los vídeos y las redes sociales, Apple podría haber reinventado la música. Otra vez.