Si quieres perder o ganar peso, estás embarazada, quieres estarlo o acabas de ser madre o buscas una forma de mantener la salud cuando ya tienes una edad avanzada pueden encontrarse entre algunas de las principales razones para buscar la ayuda de un experto en nutrición y dietética.

Desde la web de la Academia Americana de Nutrición y Dietética explican las diez razones más comunes que llevan a una persona a consultar con un dietista-nutricionista acreditado:

1. Comer con más 'cabeza'

Estos especialistas pueden ayudar a evitar los malentendidos con la alimentación, aprender cómo leer las etiquetas en el supermercado, descubrir que cocinar de forma sana no es caro, aprender cómo comer fuera sin arruinar la dieta o cómo resistirse a las tentaciones del 'picoteo' en el lugar de trabajo.

2. Problemas del adolescente con la comida y la alimentación

El dietista-nutricionista puede ser de ayuda en el tratamiento de trastornos como la anorexia, bulimia o el sobrepeso.

3. Problemas digestivos

Junto al médico que te trate, la figura del especialista en dietética y nutrición puede amoldar la dieta para evitar que agrave la patología que padeces y no la empeores tomando alimentos como patatas fritas, demasiada cafeína o bebidas carbonatadas.

4. Ganar o perder peso

Este tipo de especialistas puede sugerir fuentes de calorías adicionales para ganar peso de forma saludable o un plan para restringir las calorías además de la realización de actividad física regular para la pérdida de peso a la vez que conseguir que se puedan seguir tomando los alimentos favoritos.

5. Mejorar los resultados deportivos

Ya sea porque dediques tiempo a correr maratones populares, hacer esquí o correr con tu perro, un dietista-nutricionista puede ayudarte a fijar objetivos para conseguir los resultados que deseas en estas actividades deportivas.

6. Embarazo o deseos de gestación

Una correcta nutrición puede ayudar a que la mujer consiga los nutrientes necesarios como el ácido fólico, en especial en los primeros tres meses de gestación, lo que reduce el riesgo del recién nacido de defectos del tubo neural o de la columna.

7. Lactancia del bebé

Un especialista en dietas y nutrición puede ayudar a que la madre obtenga suficiente hierro, vitamina D, fluor y vitaminas del grupo B para ella y para su bebé a través de la alimentación.

8. Diabetes, problemas cardiovasculares o hipertensión

Un especialista en esta disciplina constituye una pieza básica en el equipo de atención clínica que puede ayudarte a cambiar con seguridad tu forma de comer sin que ello suponga sacrificar el sentido del gusto o la nutrición.

9. Cuidado de padres mayores

Un dietista-nutricionista puede ayudar con la alimentación o las interacciones con los fármacos, una hidratación adecuada, dietas especiales para la hipertensión o el cambio de las papilas gustativas a medida que envejecemos.

10. Pasar por una operación de cirugía bariátrica de bypass gástrico

Dado que el estómago sólo puede gestionar pequeñas raciones de alimento, supone un reto conseguir la cantidad adecuada de nutrientes que el cuerpo necesita. Un dietista-nutricionista puede cooperar con tu médico para desarrollar un plan de alimentación acorde a tus necesidades.