La crisis sanitaria debido al covid-19 ha supuesto que los servicios sanitarios hayan estado centrados en los casos de coronavirus, además, al estar la población confinada no han acudido al médico y no se han pasado consultas nuevas. "Por tanto, no se está diagnosticando precozmente al paciente ni, por ende, operando. Esto conlleva que los pacientes se traten con estadios tumorales más avanzados, empeorando su pronóstico", destaca el doctor Blas Flor, jefe de Cirugía Oncológica del hospital Quirónsalud Valencia.

Según explica el doctor Pedro Bretcha, jefe de Cirugía Oncológica de Quirónsalud Torrevieja y Alicante, desde el inicio del estado de alarma, la tendencia ha sido operar el menor número de casos posibles durante la pandemia. Esto significa que toda patología no emergente ha sido demorada. Por patología no emergente se entiende aquella que no comprometa la vida de manera inminente y/o sobre la que existe otra alternativa probada a la cirugía.

"A su vez ha habido una reducción significativa del número de pacientes que han acudido a urgencias con patología quirúrgica (apendicitis, colecistitis, diverticulitis...). La consecuencia es que los servicios quirúrgicos tenemos la impresión de haber atendido situaciones más complejas precisamente por la presentación de cuadros clínicos más evolucionados o complicados en los pacientes que finalmente han acudido", sostiene el jefe de Cirugía Oncológica de Quirónsalud Torrevieja y Alicante.

Sin embargo, todo aquel síntoma digestivo de aparición aguda y mantenido asociado a cualquier signo como dolor, vómitos, fiebre, cambios del ritmo intestinal, sangrado o ictericia debe ser evaluado. Esta excepcionalidad puede ayudar a incrementar una participación más activa por parte del paciente y acudir a los servicios médicos de una forma más autoanalítica.

Ahora, una de las cuestiones que más se plantean es si aquellos pacientes que han sido infectados del Covid-19 les ha afectado alguna manera en estas patologías. "En estos momentos es prematuro analizar las consecuencias a largo plazo de haber sufrido la infección. Evidentemente, dependerá de la severidad de la misma y las secuelas que haya podido dejar en el paciente a la hora de afrontar tratamientos quirúrgicos futuros. Sabemos que la practica de cirugía de complejidad en pacientes en la fase activa de la infección, se asocia a un aumento muy considerable del porcentaje de complicaciones y de mortalidad en el postoperatorio. Por tanto, es fundamental diagnosticar el covid-19 a todo paciente que vaya a ser intervenido de un proceso digestivo, para poder preveer y anticiparse durante el postoperatorio", explica el doctor Pedro Bretcha.

Considerando la situación de la institución y probabilidad de requerimientos y limitación de recursos vitales para pacientes con covid-19 tendrán preferencia aquellos casos de cáncer que son sintomáticos, que estén presentando complicaciones asociadas o que no respondan a tratamientos complementarios como quimio o radioterapia y que además no tengan una terapia puente clara, como puede ser una derivación endoscopica o radiológica.

Según la fase de la pandemia y por tanto la disponibilidad de camas de UCI, hopitalización y recursos humanos se han estado interviniendo pacientes con patologías oncológicas menos demorables. Hay que decir que esto ha variado según las distintas regiones del país, ya que ha habido zonas como pudiera ser la del Levante, donde algunos centros han mantenido la actividad para estos casos.

"Todos los tumores se tratan como prioridad 1, la máxima. Pero se está dando la paradoja de que no tenemos lista con cánceres, porque el problema está en que los pacientes no van al médico, o no se hacen colonosocpias,€. y no llegan a los cirujanos colorrectales. Hasta que toda la maquinaria se ponga en marcha, no podremos hacer más", recalca el jefe de Cirugía Oncológica del hospital Quirónsalud Valencia.

En cuanto a los efectos colaterales indirectos del Covid-19, según el doctor Pedro Bretcha, se encuentra la mortalidad asociada al retraso en el diagnóstico de cáncer. Algunas predicciones indican que las muertes debido al retraso diagnóstico y tratamiento de los pacientes oncológicos llevarán a más perdidas de años de vida que el virus en sí mismo.

Por ejemplo, en Reino Unido se estima que alrededor de 2.500 personas por semana no están siendo diagnosticadas por falta de derivación a los especialistas y otros 400 no están siendo diagnosticados a través de cribado poblacional.

Un ejemplo es el cáncer colorrectal, que es el segundo en causa de mortalidad en Europa y el primero en cáncer digestivo. Los programas de cribado son claves como método de mejora de los datos de supervivencia, pero éstos están siendo pausados debido a la pandemia. Muchos procedimientos endoscópicos también son demorados.

Por tanto, la mortalidad derivada de la demora puede ser superior a la causada por el covid-19. Esto es especialmente importante en el área del aparato digestivo, ya que uno de cada tres muertes relacionadas con cáncer son causadas por patologías digestivas.

Ambos doctores, han dado algunos consejos para aquellos pacientes que van a realizarse alguna intervención en estos momentos. Por su parte, Pedro Bretcha ha destacado que en lo que concierne a la manera de operar, la técnica en sí no ha sido modificada. Los servicios quirúrgicos se han adaptado a la nueva realidad y adoptado nuevas medidas de seguridad tanto para el paciente como para el personal asistencial del área quirúrgica.

Por supuesto, actualmente todo paciente que va a ser intervenido de cualquier proceso pasa por un riguroso cribado epidemiológico y clínico, así como un test de PCR las horas previas a la intervención para descartar una infección activa. En caso de ser dudoso se procede a un estudio complementario mediante TAC de tórax y pruebas analíticas. De ser la PCR positiva en casos de cirugía programada se suspende la intervención para ser realizada una vez el paciente haya superado la infección y se encuentre en condiciones.

En caso de cirugía de urgencias, se realiza test serológico testando los anticuerpos generados frente al virus y TAC de tórax previo a la cirugía. De ser positivo, si existe una alternativa eficaz a la cirugía se optaría por ella con el fin de evitar complicaciones en el postoperatorio, y si no es posible se tomarán todas las medidas para llevar el procedimiento de una forma segura.

El doctor Blas Flor ha recordado que la infección del covid-19 es como una gripe (con mayor o menor transmisibilidad y mayor o menor mortalidad). El miedo a infectarse ha de ser racional y proporcional a lo que es. "En segundo lugar, pensar que el resto de enfermedad siguen afectándonos igual que antes del confinamiento y ni el virus ni el confinamiento las van a frenar o curar y estamos retrasando en su diagnóstico y tratamiento. En tercer lugar, todas aquellas personas con síntomas deben consultar al médico de cabecera o especialista de Digestivo/Coloproctólogo, ya que ningún síntoma es normal, y es al médico al que le corresponde decidir si es grave o no"

Y por último, ha subrayado que esta situación sólo ha durado 2 meses lo cual no es mucho tiempo para que evolucionen a peor las enfermedades que comentamos. Pero es el momento de consultar, ahora que la curva de incidencia del coronavirus está descendiendo.