Los corredores que sonríen gastan menos oxígeno, trabajan de forma más económica y tienen un menor nivel de esfuerzo, según un estudio realizado por la Ulster University (Irlanda del Norte) y la de Swansea (Gales).

Los investigadores pidieron a un grupo de 24 corredores que se pusieran una máscara para medir el consumo de oxígeno y luego completaran bloques de 4-6 minutos corriendo sobre cinta mientras sonreían, según recoge la revista 'Corredor'.

El estudio, publicado en 'Psychology of Sport and Exercise', reveló que los corredores que sonrieron consumieron menos oxígeno, corrían de forma más económica y tenían un menor nivel de esfuerzo percibido que los del grupo de control y aquellos que fruncían el ceño.

"Economizaban un 2,8 por ciento más cuando sonreían que cuando arrugaban el entrecejo", precisó Noel Brick, profesor de psicología del ejercicio en la University of Ulster y coautor del estudio.

Una mejora del 2,8 por ciento, para un atleta popular que corra un maratón en 4h20 o 4h45 (el tiempo promedio para hombres y mujeres, respectivamente), significa una ganancia de unos 5 minutos.

El plusmarquista mundial de maratón, el keniano Eliud Kipchoge, que el año pasado rompió en Viena el muro de las dos horas (1h59:40), aunque la marca no fuera homologable (su récord del mundo oficial es 2h01:39), se caracteriza por su amplia sonrisa.

Durante la misma carrera del reto Kipchoge ofrecía un semblante sonriente y después explicó que sonreía para relajarse y sobrellevar el dolor.