El cáncer de ano está íntimamente ligado con el Virus del Papiloma Humano (VPH), la enfermedad de transmisión sexual más frecuente en nuestro medio. Se calcula que aproximadamente el 75% de los adolescentes y adultos entre 15 y 49 años se infectan por al menos un tipo de VPH a lo largo de su vida.

Los especialistas destacan el llamativo crecimiento en las últimas décadas del cáncer de ano, cuya “aparición está relacionada con la infección del VPH, igual que ocurre con el cáncer de cuello uterino en las mujeres”, afirma el doctor Joaquín Ferri, coloproctólogo de Quirónsalud Alicante.

¿Cómo se contrae el VPH?

El Virus del Papiloma Humano puede transmitirse de una persona a otra por el contacto piel a piel, como el que ocurre con las relaciones sexuales. La manera principal en que el VPH se transmite es a través de la actividad sexual, incluyendo el sexo vaginal, anal y oral. El VPH se puede transmitir incluso cuando una persona infectada no tiene signos o síntomas visibles. El virus también se puede transmitir mediante el contacto genital sin sexo, aunque esto no es común.

¿Por qué el Virus del Papiloma Humano puede derivar en cáncer de ano?

Entre los síntomas del VPH se encuentran las verrugas que aparecen en la vulva, el ano o en la punta del pene y la displasia que, aunque puede no presentar en principio ningún síntoma, sí que se trata de una enfermedad precancerosa.

“Es esta displasia lo que puede llegar a ser altamente peligrosa ya que puede evolucionar a cáncer de ano, del mismo modo que ocurre con el cáncer de cuello de útero, incluso a nivel del pene, garganta y boca. Por eso, es imprescindible un diagnóstico precoz ya que si esto no ocurre, puede llegar a ser mortal”, advierte el coloproctólogo.

Signos para detectar el cáncer de ano

  • Sangrado por el ano o el recto
  • Dolor o presión en el área que rodea el ano
  • Picazón o secreción del ano
  • Masa cerca del ano
  • Cambio en los hábitos de evacuación intestinal

Grupo de riesgo del cáncer de ano

Entre los sectores poblaciones de riesgo se encuentran los varones homosexuales o bisexuales, al margen de su condición para el VIH; las mujeres con cáncer o displasia cervical o de vulva; los pacientes VIH positivos hombres y mujeres, al margen de su inclinación sexual; y los pacientes con condilomas perianales o genitales.

Tratamiento integral del cáncer de ano en Alicante

Todos aquellos pacientes que se encuentren en alguno de estos grupos de riesgo deben someterse a una serie de pruebas no agresivas ni dolorosas, fáciles de realizar, para poder determinar si están o no infectadas por el VPH y si de alguna forma, esta posible infección, le ha supuesto algún tipo de lesión en el ano susceptible de seguimiento o tratamiento. Todas estas pruebas se realizarán en la propia consulta sin requerir ningún tipo de anestesia.

Según el resultado de dichas pruebas, se decidirá si es necesario o no seguir con controles, generalmente cada 6 meses o anuales, y en algunos casos someterse a biopsias de la zona, para lo cual es imprescindible la utilización de la Proctoscopia de Alta Resolución.

“Esta técnica se realiza en muy pocos centros y requiere ser llevada a cabo por profesionales cualificados para su realización. De esta forma se consigue conocer la zona exacta afectada por la lesión, todo ello en la consulta bajo anestesia local y con mínimas molestias para el paciente”, indica el especialista de Quirónsalud Alicante, único centro privado que ofrece un tratamiento integral del cáncer de ano.

El único tratamiento disponible para el cáncer de ano es destruir las células anormales como las que forman las verrugas genitales, la displasia o el cáncer. “En el caso de las verrugas o condilomas, al ser visible, no existe ningún problema en su eliminación, bien por medio de pomadas o con fulguración”, explica el doctor Ferri, “pero las displasias solo pueden ser valoradas por medio de la Proctoscopia de Alta Resolución, que permite saber la zona afectada y, por medio de un bisturí de infrarrojos, eliminarla evitando de esta forma la progresión a cáncer.

Si por el contrario las lesiones han evolucionado a cáncer de ano, el tratamiento de elección es la quimio-radioterapia, y en ocasiones la cirugía que requiere la amputación del recto”.

“En definitiva,” concluye el doctor Ferri, “se trata de un cáncer cuya incidencia está aumentando de forma alarmante entre la población de riesgo pero que con un control y seguimiento adecuado permitirá reducir su incidencia de forma importante. Por esto, la formación de profesionales que se encarguen de ellos, así como la concienciación de la población de riesgo es imprescindible para lograr estos objetivos”.