A día de hoy se puede afirmar con claridad algo que la ciencia médica verifica: el acné es una enfermedad y debe tratarse como tal. De hecho, es una de las enfermedades dermatológicas más frecuentes ya que aproximadamente afecta a un 80% de la población en algún momento de su vida.

Es cierto que suele iniciarse en la adolescencia, etapa complicada de la vida en la que se afianza la personalidad y empieza el enfrentamiento con la vida, pero también pueden verse afectadas personas en edad adulta.

¿Cuáles son las causas del acné?

Se han identificado cuatro elementos clave en su aparición: hiperproliferación epidérmica folicular, exceso de producción de sebo, inflamación y persistencia y actividad del Propionibacterium acnes.

  • Excreción de sebo: Los pacientes con acné suelen tener piel grasa, poros abiertos, glándulas sebáceas mayores y producen más sebo que los que no tienen acné. Aunque hay mucha superposición entre unos y otros, también hay correlación entre la gravedad del acné y la cantidad de sebo que se excreta.
  • Propionibacterium acnes: Es el microorganismo predominante en la flora folicular. Su número está muy aumentado en los individuos con acné, ya que se encuentra en un medio anaerobio y hay gran cantidad de lípidos. Actúa sobre el sebo produciendo ácidos grasos libres que son los principales responsables de la inflamación
  • Andrógenos: Son el único estímulo para que las glándulas sebáceas se desarrollen y comiencen a funcionar, y eso es lo que ocurre en la pubertad. En la mayoría de pacientes los andrógenos son normales y el problema es un aumento de la sensibilidad de la glándula.
  • Queratinización folicular: Las células del epitelio, que deberían descamar y desprenderse, tienden a quedar adheridas y taponar la salida, provocando la acumulación de sebo en el fondo del folículo.

¿Cómo se manifiesta el acné?

La afectación es preferentemente de la cara y en menor grado la espalda, pecho y hombros. Se caracteriza por una gran variedad de lesiones, aunque alguna de ellas puede predominar y es fácil hallar varios tipos de las mismas.

Las lesiones pueden ser inflamatorias o no. Las no inflamatorias son los comedones abiertos (puntos negros), que son un tapón de queratina y lípidos que ocluye el folículo, y los comedones cerrados, que son una pápula pálida ligeramente sobreelevada a veces difícil de visualizar.

Las inflamatorias varían desde pápulas pequeñas con una areola inflamatoria a pústulas o nódulos y quistes fluctuantes.

Tratamiento para el acné

Las personas que tienen acné suelen ser poco constantes con los tratamientos. Quieren ver resultados de forma inmediata “ni para hoy ni para mañana, sino para ayer”. También se presentan con frecuencia casos de pacientes que ya han realizado multitud de terapias (tópicas, por vía oral, etc) y buscan resultados casi definitivos.

En otros casos no quieren o no pueden llevar ciclos largos con antibióticos ni quieren sufrir efectos secundarios de otros fármacos. Hay mujeres en edad fértil que no desean posponer mucho el embarazo y precisan resultados lo más rápidos y seguros que se pueda. Y si algo está claro, es que hoy por hoy el paciente busca métodos que le permitan seguir con su vida social con normalidad.

Para todos estos casos, en los que hay un “pero” y en los que el paciente busca el resultado “ya”, Centro Dermatológico Estético ofrece el tratamiento con Kleresca, una terapia biofotónica exclusiva en la eliminación del acné.

¿Qué es Kleresca?

Kleresca es un tratamiento biofotónico no invasivo que consiste en la combinación de una lámpara LED de longitudes de onda múltiples (415-447 nm) con un gel fotoconversor. El gel permite que un espectro determinado de longitudes de onda penetren en la dermis, consiguiendo eliminar las bacterias responsables del acné, a la vez que estimula los mecanismos de reparación de tejidos, produciendo colágeno y permitiendo la reducción de cicatrices producidas por el acné.

De esta forma, la fotobiomodulación que produce Kleresca consigue varios efectos beneficiosos. Los más importantes son la reducción de la proliferación bacteriana y de la inflamación, la formación de colágeno y la normalización de la condición de la piel.

Cada sesión con Kleresca tiene una duración aproximada de 30 minutos. La exposición a la lámpara son 9 minutos únicamente. El tratamiento consta de 12 sesiones aplicadas dos veces a la semana durante 6 semanas ininterrumpidamente.

La mejoría del acné apenas puede ser perceptible mientras dura el tratamiento. La piel empezará a mejorar conforme las capas más profundas respondan y la actividad cutánea se active. Los resultados más visibles se valoran 6 semanas después de empezar el tratamiento y perduran incluso 6 meses después.

El secreto de Kleresca es que actúa sobre todos los factores que producen el acné (aumento de la secreción de sebo, hiperqueratosis, colonización de bacterias p.acnes, inflamación). De esta forma, por el principio de fotobiomodulación se consiguen los efectos biológicos deseados. Kleresca también está indicado en el tratamiento de las marcas producidas por el acné y como rejuvenecimiento facial, aportando luminosidad y elasticidad a la piel, y todo ello de una forma inócua y sin fármacos.

No debemos olvidar que Kleresca es un tratamiento de uso exclusivo médico. Un facultativo cualificado debe supervisar siempre la aplicación del gel y la exposición a la luz. El tratamiento puede estar contraindicado en algunos casos y aunque son raros y suelen remitir tras suspender el tratamiento puede haber efectos adversos de los que el paciente debe ser informado antes de iniciar el tratamiento.

En definitiva, aunque el acné es una enfermedad que debemos tratar como tal, afortunadamente hoy en día existe un amplio abanico de posibilidades terapéuticas que los profesionales de Centro Dermatológico ofrecen a los pacientes para intentar mejorar ante todo su calidad de vida.