La Navidad está a la vuelta de la esquina. Una época de fiestas, familia, ilusión y, sobre todo, copiosas comidas que se repiten un día y otro también. Es por ello que son muchos que durante el otoño y los primeros compases del invierno realizan su propia "operación bikini" pre invernal para no coger más kilos de los necesarios durante el las fiestas. Para llevar una dieta saludable es fundamental el saber que debemos comer y, además, realizar ejercicio, ya que una dieta sin hacer deporte no sirve de nada.

Hacer dieta no es comer el mismo alimento día sí y día también. Los nutricionistas recomiendan últimamente nuevas combinaciones para añadir a nuestra rutina con los que podemos realizar deliciosos menús diarios. Uno de los superalimentos que más recomiendan es el boniato.

El boniato, o batata, cuyo nombre científico es Ipomoea batatas, es una hortaliza parecida a la patata en el nombre y la forma, aunque muy distante botánicamente. En España se llama boniato a las variedades de piel blanca y carne firme tras la cocción, y batata al resto, pero son la misma especie. Es originaria del Perú fue traída a Europa por Colón, y los navegantes españoles se encargaron de su expansión por los innumerables archipiélagos del Pacífico, casi todos bajo soberanía española hasta 1898 como saben, en los que sigue siendo un alimento básico. Las Islas Salomón, donde aún recuerdan, para bien, a su descubridor, Álvaro de Mendaña, casi paisano de cerca de Villablino, son el país de mayor producción per cápita, y China el primer productor mundial.

Deliciosa, saciante, nutritiva, poco calórica, y muy beneficiosa para el organismo, la batata siempre fue considerada un cultivo tropical, pero del cambio climático se está derivando la ampliación de su cultivo, siendo España la primera productora europea. Su excelente carne es muy digerible, rica en antioxidantes, ideal para el tránsito intestinal, la vista, la piel y la hipertensión. Y como todos los vegetales, un manantial de minerales y vitaminas.