Según el doctor Enrique Chipont, director médico y especialista en Oftalmología de Oftálica, "la miopía es un defecto y no una enfermedad puesto que se trata del crecimiento excesivo del globo ocular, aparece durante la edad escolar y suele empeorar gradualmente hasta que completa su crecimiento. En el caso de que el ojo presente una miopía alta será asociada a un mayor riesgo de desprendimiento de retina, vítreo y afecciones asociadas".

Uno de los problemas más frecuentes es "la aparición de la miopía en el niño que, a veces puede pasar inadvertida ya que su entorno se reduce a distancias cortas. Por este motivo es tan importante su detección temprana y control", explica el doctor Chipont.

Las cifras son claras, en los últimos 50 años, el número de personas con miopía se ha duplicado en muchos lugares del mundo, como en Estados Unidos y Europa.

Pero, ¿la miopía es genética?

El riesgo genético de padecer miopía es de 2 a 3 veces mayor si uno de los progenitores es miope y de 5 a 6 veces si los dos son miopes. En este caso, poco podemos prevenir, pero sí podemos actuar en otros dos aspectos.

Su aumento no depende del uso de móviles, ordenadores o acercarse demasiado a la televisión; pero si depende de las actividades realizadas con mucha o poca luz. El doctor Chipont explica que, "la luz activa la liberación de dopamina en el interior del globo ocular y esta frena el aumento de la miopía, así se ha visto que en los niños y adolescentes la miopía progresa mucho menos los meses de verano con las actividades al aire libre y exposición solar".

Vista cansada o presbicia

A partir de los 45 años, un alto porcentaje de la población comienza a sufrir los efectos de lo que denominamos presbicia o vista cansada. Un problema que afecta a más del 90% de la población desde esa franja de edad.

En este caso, la presbicia se origina porque el cristalino del ojo pierde elasticidad y, en consecuencia, disminuye sus posibilidades de una correcta curvatura. El cristalino es la lente natural del ojo y su grado de curvatura en cada instante de nuestras vidas es lo que nos permite adaptar la visión a la distancia de los objetos a fin de apreciarlos correctamente en cada momento.

Cirugía con lentes intraoculares (ICL) para la miopía (vista corta)

La lente ICL la implantamos dentro del ojo, sin alterar su estructura, sin ocasionar molestias ni rechazos y permitiendo que el ojo utilice su propio sistema de refracción de manera que vemos los objetos a tamaño natural", explica el doctor Chipont.

Las lentes intraoculares (ICL) son la mejor solución para corregir la miopía, hipermetropía y astigmatismo hasta los 45 años.

Te damos 6 razones para valorar las lentes intraoculares:

  • Mejor calidad óptica que la cirugía láser.
  • Cirugía reversible, si en un futuro cambiase la graduación (no es frecuente) estas lentes pueden ser retiradas y/o sustituidas.
  • Material totalmente biocompatible con nuestros ojos.
  • La intervención dura entre 15-20 minutos: es una cirugía ambulatoria de recuperación rápida, la mayoría de las personas pueden retomar sus actividades cotidianas en pocos días.
  • Estéticamente indetectables, no se aprecian a simple vista.
  • Protección contra rayos UV: su material permite crear una barrera ultravioleta al mismo tiempo que deja pasar la luz natural.

Operación de la presbicia: 15 minutos

Según el doctor Chipont, "el láser ha sido muy eficaz para poner fin a los problemas de visión relacionados con la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo pero no conseguía eliminar por completo los problemas de presbicia".

Pero, debido a los enormes avances que ha habido en el diseño de lentes intraoculares, han permitido el desarrollo de la lente intraocular multifocal que aporta resultados muy satisfactorios al paciente que quiere poner fin a sus problemas de vista cansada.

Así, esta cirugía consiste en la sustitución de ese cristalino endurecido por una lente intraocular multifocal, con la cual podremos corregir no solo la presbicia, sino ciertos grados de miopía o hipermetropía que pudiera padecer el paciente con anterioridad.

Esta operación apenas durará 15 minutos, sólo precisa de unas gotas anestésicas que dejarán tu ojo relajado para, después de una incisión de tres centímetros, realizar la extracción del cristalino endurecido e introducir la nueva lente. Todo ello sin precisar ningún tipo de sutura.