La rodilla es la articulación de nuestro cuerpo que mayor desgaste tiene a lo largo de la vida, debido en parte a que soporta todo nuestro peso, y contribuye en todo movimiento que implique desplazamiento.

Por todo esto es muy habitual a partir de los 35 ó 40 años que exista un deterioro de la capa que recubre el hueso, que se llama cartílago, y de la almohadilla que hay entre los huesos de la articulación, que se llama menisco.

Este deterioro se traduce en dolor, inflamación local, dificultad en la realización de los movimientos e inestabilidad. «En estos casos el paciente nos dice que una vez que se levanta del asiento le cuesta mucho comenzar a andar o que tras un ejercicio moderado o un paseo ligero el dolor aumenta y se hincha la rodilla».

Normalmente para estos casos de artrosis, artritis o afectaciones de menisco, «se recomiendan la toma de antiinflamatorios y analgésicos, que si bien tratan los síntomas no tratan el problema que los produce, o en casos más graves la cirugía o el implante de una prótesis de rodilla (que conlleva una convalecencia larga y rehabilitación posterior)».

Técnica novedosa

Hoy en día, gracias a los avances médicos, «contamos con una técnica muy novedosa, y sencilla a la vez, que consiste en implantar dentro de la rodilla células regeneradoras de cartílago: células mesenquinales adultas de grasa (células madre contenidas en la «fracción estromal vascular» del tejido graso) que se obtienen tras una extracción de grasa abdominal a través de una mini liposucción de solo 50 cc de grasa del propio paciente.

Este implante favorece la regeneración de tejido dañado, que se recupera de forma evidente, dando lugar a la desaparición del dolor y a la mejora en el movimiento. No hay posibilidad de rechazo del implante porque es la propia grasa del paciente después de una centrifugación y preparación adecuadas la que se inyecta, y contiene todo el potencial de crecimiento de la fracción estromal vascular del tejido graso».

Estas células inyectadas en la rodilla o articulación dañada necesitan estímulos para crecer y crear células nuevas, «para ello se utilizan los factores de crecimiento plaquetarios (PRP) obtenidos por una técnica muy superior a la utilizada hoy en día que se llama AFERESIS, la cual permite aumentar la concentración de factores de crecimiento en diez veces más, aumentando el potencial de regeneración y de mejora del paciente, mediante la obtención de células madre hematopoyéticas sanguíneas que ayudan a obtener mayor eficacia para el tratamiento de la artrosis. La articulación más tratada es la rodilla, pero se ha utilizado también en articulaciones como la cadera, el hombro o las manos con resultados muy beneficiosos para el paciente».

Esta técnica se realiza en exclusiva en la Clínica Mediterránea de València, que dirige el doctor Carbonell con un equipo de especialistas en rehabilitación y traumatología con una amplia experiencia en tratamientos de medicina regenerativa.

Dirección de Clínica Mediterránea de València

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