Cada vez se retrasa más el momento para formar una familia. Según los resultados definitivos de la Encuesta de Fecundidad del año 2018 del Instituto Nacional de Estadística, el 88% de las mujeres de entre 18 y 30 años aún no ha tenido su primer hijo. Paradójicamente durante la etapa más fértil. En la misma situación se encuentran más de la mitad (52%) de las mujeres de entre 30 y 34.

La maternidad tardía es una realidad. Los principales motivos son laborales, económicos y de conciliación familiar, según apunta la encuesta. Todas las alarmas saltan cuando en los centros de reproducción asistida el retraso de la maternidad es una de las principales causas de infertilidad.

Después de un tiempo buscando el embarazo de manera natural, los pacientes se ven abocados a acudir a un especialista en fertilidad. Y es que lo que parecía algo sencillo y natural, en realidad es un proceso complejo en el que intervienen tantas variables que si falla una de ellas, no se conseguirá el embarazo. Sin olvidar que, si se suceden los ciclos fallidos, los años se van sumando, limitando así las posibilidades de los pacientes y aumentando la frustración.

En el centro de reproducción asistida IVF-Spain de Alicante, conocen bien esta realidad y, desde sus inicios, han apostado por la personalización y la medicina a medida. Los pacientes acuden a este centro tras una media de 4,5 ciclos fallidos previos. Esta especialización les ha permitido ser un referente para los casos más complejosreferente y dar una solución reproductiva para quienes estaban a punto de abandonar su proyecto de familia.

"En nuestra clínica tenemos pacientes que han estado años buscando un bebé hasta conocernos. Nuestro trabajo es conseguirlo con el menor número de intentos, evitando así añadir más desgaste. Nuestra máxima es no repetir la misma receta: si ha habido un fallo, buscamos el motivo y lo solucionamos", señala el Dr. Sergio Rogel, ginecólogo especialista en fertilidad de IVF-Spain.

Existen varios factores que pueden influir en el fallo del tratamiento. La calidad del embrión es vital para que se produzca la implantación, el embarazo evolucione favorablemente y se pueda dar a luz a un bebé sano.

En los centros más avanzados, como IVF-Spain, existen pruebas genéticas como el Test Genético Preimplantacional (PGT-A) capaz de detectar las alteraciones cromosómicas, con el objetivo de transferir los embriones con un contenido cromosómico adecuado.

Otro importante factor de estudio, hasta hace poco desconocido, es el endometrio. Para que se produzca el embarazo se debe producir el diálogo entre embrión y endometrio. Esto solo sucede cuando el endometrio se encuentra en un estado receptivo óptimo (ventana de implantación). El test ER MAP® detecta el estado de receptividad del endometrio, ya que en un endometrio no receptivo no se producirá la implantación del embrión.

Sin abandonar el endometrio, sabemos que en ocasiones las células maternas tienen una repuesta inmune anómala que rechaza al embrión. Mediante una muestra de sangre, en IVF-Spain se realiza el genotipado KIR-HLAC. Gracias a este test se puede detectar la causa de los abortos de repetición y los fallos de implantación.

En medicina reproductiva no existen las garantían absolutas, sin embargo el estudio exhaustivo del paciente, la investigación constante y la personalización en cada paso son, sin duda, el camino más rápido para solucionar el problema.

El factor masculino

En los últimos años, el estrés, la contaminación y la vida sedentaria han provocado un descenso del 60% de la calidad del semen. A diferencia de los estudios convencionales que se limitan al análisis de la concentración, la movilidad y la morfología de los espermatozoides, en IVF-Spain van un paso más allá mediante el seminograma avanzado. Este test ofrece al paciente un diagnóstico completo y permite afinar su tratamiento.