Cada vez son más las mujeres que optan por la congelación de sus ovocitos para preservar su fertilidad y poder ser madres en un futuro. Sin embargo, la mayoría de las mujeres está congelando los óvulos más tarde de lo recomendable. El retraso de la maternidad unida a la desinformación sobre reproducción asistida, es en la mayoría de los casos las causas de los problemas de infertilidad.

«Lo adecuado es congelar los óvulos entre los 28 y los 35 años, pero generalmente las mujeres que acuden a nuestro centro para vitrificar sus gametos rondan entre los 38 y los 40 años, cuando ya han comenzado a experimentar su declive natural», subraya el director de la Unidad de Reproducción HLA Vistahermosa, el doctor José López Gálvez.

Calidad reproductora de los óvulos

Hoy día la mujer se plantea objetivos que cumplir profesional y personalmente antes de dar el paso a la maternidad. Pero la edad biológica corre y sus óvulos no tienen la misma calidad con 27 que con 37 años y, claro está, a partir de los 40 la situación se complica aún más, debido a que la reserva ovárica desciende, y a la falta de calidad de los óvulos se suma la pérdida de cantidad.

Los óvulos de las mujeres menores de 35 años son más eficaces y conservan mayor capacidad reproductora. Un óvulo congelado a los 35 años es mejor que un óvulo «fresco» (natural) a los 40 años.

La cantidad de óvulos disminuye con la edad

Los ovocitos se congelan en grupo y en cada ciclo menstrual natural suele ovular sólo uno, que es el que alcanza una mayor «maduración». En un proceso de vitrificación de óvulos, la mujer se somete a un tratamiento de estimulación hormonal para tratar de recuperar todos esos ovocitos antes de que el cuerpo los destruya.

De esta manera en un ciclo de tratamiento óptimo se pueden obtener entre 15 y 20 ovocitos «en función de la edad y de la reserva ovárica para congelarlos conjuntamente». Pero en mujeres de más de 35 años el número se reduce a entre 6 y 10 ovocitos por ciclo de tratamiento.

Congelación ultrarrápida: vitrificación

A diferencia de la congelación clásica, la vitrificación congela las células de forma ultrarrápida, a una velocidad de más de 15.000º C por minuto, provocando la formación de una especie de gel que no daña las células y evita la formación de partículas de hielo.

Esta técnica también se recomienda por razones médicas, antes de iniciar un tratamiento oncológico que pueda causar daños irreversibles en los óvulos. También está indicada en personas con una reserva ovárica reducida, en aquellas con posibilidades de sufrir una menopausia precoz, enfermedades de tipo inmunológico o endometriósico, que comprometan su fertilidad.

La vitrificación de ovocitos permite a la mujer preservar sus óvulos para que puedan ser fecundados en el futuro con garantías de éxito que alcanzan el 90%.

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