Pero, para llevar un ritmo de vida cien por cien saludable se necesita, además, estar bien emocionalmente, hacer actividad física y lograr un buen balance entre las calorías que se consumen y las que se gastan. Así lo revela la última versión de la pirámide alimenticia, que vale la pena repasar para vivir cada día mejor.

La pirámide nutricional no es ni más ni menos que un gráfico que refleja lo que deberíamos comer para llevar una dieta equilibrada. Está avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y cada país, a través de sus comités científicos, la adapta con el objetivo de que su valiosa información llegue de la mejor manera a su gente. Por ello, recientemente, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) ha propuesto algunas modificaciones a la pirámide clásica con el fin de incorporar algunos hábitos saludables tanto o más importantes que alimentarse sanamente.

Los hábitos saludables y las buenas costumbres a la hora de comer

La base de la pirámide alimenticia ya no está conformada por un grupo de alimentos, sino por un conjunto de hábitos que contribuyen a mantener un estilo de vida saludable. Esta es la gran novedad que viene a poner, negro sobre blanco, que no basta con comer bien, hay que complementar la alimentación con otras buenas prácticas:

y 60 minutos diarios de actividad física. Como bien dijo el profesor Javier Aranceta, presidente del comité científico de la SENC, al presentar la nueva base de la pirámide: "La salud es en un 50% lo que nos movemos". Sin duda, el movimiento es sinónimo de salud. Andar 10.000 pasos diarios es la recomendación, lo que equivaldría a caminar una hora al día.

Equilibrio emocional

Los estados de ánimo suelen predisponer a comer más o menos, a consumir alimentos de buena o mala calidad. Por ejemplo, una persona triste puede perder el apetito, mientras que una ansiosa puede llegar a consumir alimentos de manera compulsiva. En este sentido, la sugerencia de los expertos es clara: lo mejor es hacer la compra de los alimentos y cocinarlos, permaneciendo ajenos a los estados de ánimo.

Equilibrio energético

Es una regla básica: si comemos más de lo que gastamos haciendo ejercicio, engordamos. Si comemos menos, adelgazamos, mientras que, si equilibramos consumo y gasto, mantenemos un peso corporal saludable.

Técnicas culinarias

Evitar las frituras resulta sumamente positivo. Cocinar al vapor, a la plancha, al horno o hirviendo los alimentos constituyen las opciones de cocinado más saludables.

Beber suficiente agua

La hidratación es una parte decisiva de la alimentación. No se trata de beber cualquier líquido (bebidas con gas, zumos, etcétera), sino de beber agua. En líneas generales, los hombres requieren dos litros y medio al día, mientras que las mujeres están bien hidratadas bebiendo dos. En el caso de los niños existe un matiz: necesitan beber cierta cantidad de líquido al día dependiendo de su edad y, como se ha dicho, de su nivel de actividad (equilibrio energético).

En resumen, la última revisión de la pirámide alimenticia pone la lupa sobre algunas prácticas fundamentales para llevar un estilo de vida saludable. La alimentación sigue siendo protagonista, pero los buenos hábitos, tales como caminar, adoptar buenas prácticas culinarias, o vivir en positivo, sin duda, son aliados invaluables. No existe nutrición sin equilibrio físico y emocional, al igual que de nada sirve ir al gimnasio cada día y comer a base de alimentos precocinados. El ser humano es un todo y como tal, para mantenerse bien necesita "alimentar" tanto su cuerpo físico como su área emocional.