El cáncer de mama es el tipo de tumor más frecuente en las mujeres. Cada año se diagnostican en España más de 32.800 nuevos casos y se prevé que 1 de cada 8 mujeres padecerá esta afección a lo largo de su vida. El diagnóstico precoz y los tratamientos personalizados y de precisión se traducen en tasas cada vez más altas de supervivencia y actualmente más del 90% siguen vivas 5 años después de ser diagnosticadas. Sin embargo, el tumor de mama sigue siendo responsable de 6.400 muertes al año, más del 90% en fase metastásica.

Entre el 5% y el 6% de los pacientes con cáncer de mama presentan metástasis -reproducción del tumor en otras partes del cuerpo- en el momento del diagnóstico y en el 30% de los casos diagnosticados en un estadio precoz se registran recaídas y una evolución a cáncer de mama metastásico. "La prevalencia de la enfermedad metastásica es alta debido a que muchas mujeres conviven con la enfermedad durante muchos años, de ahí la importancia de mantener su calidad de vida con la opción terapéutica que se elija para cada paciente", ha asegurado la Dra. Encarnación González, oncóloga médica del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada.

La experta era una de las asistentes a la presentación de dos nuevas indicaciones de la terapia Kisqali (ribociclib) para mujeres premenopáusicas con cáncer de mama metastásico HR+/HER2-. El Ministerio de Sanidad ha autorizado estas dos nuevas indicaciones, lo que amplía significativamente el número de pacientes que podrán beneficiarse de la terapia. De este modo "se amplía notablemente el grupo de mujeres con cáncer de mama metastásico que podrán beneficiarse de esta terapia innovadora, que ha demostrado una mejora en el pronóstico de la enfermedad", afirmó el director general de Novartis Oncology en España, José Marcilla.

Mayor calidad de vida

Mayor calidad de vida

"Antes se pensaba que las pacientes premenopáusicas debían recibir quimioterapia porque al ser más jóvenes se presuponía una mayor agresividad biológica de la enfermedad. Los tratamientos con Kisqali, en combinación de terapias endocrinas, han demostrado que esta población de pacientes puede tener una primera aproximación para controlar la enfermedad exenta de tratamientos químicos y tóxicos, con un control de su enfermedad de más de 27 meses, menos secuelas y una calidad de vida digna", ha explicado José Ángel García Sáenz, oncólogo médico responsable de la Unidad de Cáncer de Mama del Hospital Clínico San Carlos y miembro de la Junta Directiva de GEICAM.

Según el Dr. Aleix Prat, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínic y del equipo genómica traslacional y terapias dirigidas en tumores sólidos del IDIBAPS y miembro de la Junta Directiva de SOLTI, "el cáncer de mama metastásico es incurable, pero es tratable. La incorporación de terapias dirigidas como Kisqali (ribociclib) ha cambiado el curso de la enfermedad en los últimos 20 años de forma muy significativa, ya que está permitiendo aplicar tratamientos menos tóxicos y de mayor eficacia".

En este sentido, el Dr. Joaquín Gavilá, oncólogo médico de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO) y miembro de la Junta Directiva de SOLTI, subrayó: "Antes el objetivo era la supervivencia, olvidando la calidad de vida. Eso ahora ha cambiado y los nuevos tratamientos impactan positivamente en la paciente a nivel físico, psicológico, familiar y social. El objetivo es que la paciente viva más y mejor. Que pueda, por ejemplo, volver a su puesto de trabajo".

"Hace 4 o 5 años cuando una mujer premenopáusica con cáncer de mama metastásico venía a consulta acompañada de otra mujer, se sabía perfectamente cuál era la enferma. Era la que tenía alopecia, la que iba en silla de ruedas, la que estéticamente estaba peor€ Ahora no se sabe cuál de las dos es", explicaba el Dr. García Sáenz para mostrar hasta qué punto la investigación y las nuevas terapias médicas han supuesto un gran salto y mejora para estas mujeres, tanto en tiempo sin progresión de la enfermedad como en calidad de vida.

Apuesta decidida por la investigación y la innovación

En lo que respecta al futuro del abordaje de esta enfermedad, el Dr. Prat resalto que "el gran reto es empezar a subdividir biológicamente los diferentes tipo de cáncer de mama metastásico y tratarlos de una forma mucho más personalizada o precisa". A esto hay que añadir la utilización de la biopsia líquida, "que permitirá acceder a la información del tumor que circula en la sangre, ayudando así a monitorizar mejor a las pacientes sin tener que realizar biopsias al tumor".

"Para Novartis Oncology la investigación es nuestra razón de ser. En la actualidad trabajamos con más 50 moléculas en diferentes indicaciones y esto nos permite poder diseñar estudios con distintas combinaciones y secuencias para poder optimizar los tratamientos. Queremos llevar estos tratamientos a fases más precoces. Hoy estamos hablando de cáncer metastásico pero también estamos investigando con Kisqali en adyuvancia, lo que permitirá ver si podemos aumentar la tasa de curación del cáncer de mama en las pacientes", añadió Eva López, directora médica de Novartis Oncology.

Cómo funciona Kisqali (rebociclib)

Kisqali (ribociclib) es el inhibidor de CDK4/6 con la mayor evidencia en mujeres sin terapia endocrina previa para la enfermedad metastásica que ha demostrado una eficacia consistente, superior y sostenida frente a la monoterapia endocrina. Las nuevas indicaciones son: en combinación con fulvestrant como terapia endocrina inicial y en mujeres que ya han recibido terapia endocrina previa, y para mujeres premeopáusicas y perimenopáusicas HR+/HER2- en combinación con su análogo de la LHRH.

La aprobación en España de estas indicaciones se basa en los ensayos clínicos de Fase III MOLALEESA-3 y MONALEESA-7, que demostraron su beneficio clínico de regímenes con Kisqali (ribociclib), sin perjuicio del agente de combinación o el estatus menopáusico, como tratamiento de primera o segunda línea.