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Escándalo sanitario

"Tras el fracaso en mis dos operaciones me echaron la culpa a mí"

Conchi Villanueva es la primera paciente, víctima de un gas tóxico ocular, que consigue que el Servicio Cántabro de Salud se haga cargo de su caso tras un pleito

Conchi Villanueva ha sido la última en ganar una batalla que ha saltado a la palestra televisiva convertida en un escándalo. Hace tres años que no ve por su ojo izquierdo y con suerte lo conserva. Ella es una de los 90 pacientes que el abogado Carlos Gómez Menchaca ha llevado a los tribunales en relación al caso de los fármacos y prótesis defectuosos. Su batalla ha concluido con un logro: ser la primera paciente que consigue, a través del Tribunal Superior de Justicia, que el Servicio Cántabro de Salud se haga cargo de su negligencia."Me tuvieron tres meses tumbada boca abajo", relata Villanueva, afectada por el gas tóxico

"Hace tres años me sometí a una operación de desprendimiento de retina. Una semana después el ojo no se había puesto bien y me tuvieron que volver a operar. La segunda tampoco funcionó. Los médicos decían que todo había salido bien, pero me quedé ciega del ojo izquierdo", comenta la mujer, de 62 años y aunque no trabajaba fuera de casa, tenía a un familiar a su cargo. "Los facultativos no entendían qué pasaba. Me tuvieron tres meses boca abajo para que la retina volviera a su sitio y después me decían que no funcionaba porque estaba haciendo algo mal".

Un infierno para una mujer, relativamente joven, que tuvo que apoyarse en sus familiares para sobrellevar semejante cambio. "Poco tiempo después vi que un hombre salía en la televisión contando un suceso similar al mío y contacté con el abogado que más casos llevaba de fármacos defectuosos en operaciones oftalmológicas"

Ahí comenzó una batalla que, para Villanueva, ha terminado sin una solución para su ojo y a la espera de una indemnización. "El abogado investigó mi caso y se dio cuenta de que yo también había sido víctima de este gas tóxico. Cuando fui consciente me dio mucha rabia".

Con secuelas de por vida más allá de la ceguera de su ojo izquierdo, Villanueva espera a la indemnización bastante escéptica. "Dicen que nos van a pagar, ya veremos". Aunque Carlos Gómez Menchaca, con decenas de juicios a sus espaldas sobre el tema y los que le quedan, siente que la de la cántabra ha sido una batalla ganada. "Es uno de los casos con la resolución más importante de los últimos meses", dice."Los lotes eran tóxicos al 100% y originaban muerte celular", asegura Gómez Menchaca

El periplo de este letrado también empezó hace tres años, en 2015, cuando llego a sus manos lo que él mismo denomina "el paciente 0". "Acude a mi un hombre que después de una operación de desprendimiento de retina queda ciego del ojo y los médicos no saben por qué. Los daños fueron Irreversibles. Entonces comienzan a llegar un goteo de personas que habían sufrido el mismo daño", relata.

La causa: un gas tóxico llegado de Alemania, Ala Octa, compuesto por perfluorooctano. "Los lotes eran tóxicos al 100% y originaban la muerte celular, una necrosis del nervio óptico. La fábrica alemana que lo distribuía desapareció cuando se supo lo que pasaba. Esto es inadmisible", sentencia Gómez Menchaca sobre el producto, fabricado por un laboratorio alemán y distribuido a España por una empresa catalana. Fue durante los controles cuando no se hicieron las cosas bien.

Gómez Menchaca: "Los controles de entrada a la UE son ridículos". / Miriam Cos

Según el letrado, este tipo de operaciones tienen un 96% de éxito, por lo que un suceso de estas características, con cientos de afectados, es algo más que llamativo, por mucho que la ministra de Sanidad afirmara hace unos días que "es algo anecdótico". "Parece que intenta decir que el total de casos es algo residual o excepcional. Lo único que yo sé es que se ha producido un daño irreparable y nos encontramos ante una situación fácil de evitar y que es de justicia realizar controlas más exhaustivos. Decir que es anecdótico es un mensaje penoso, maltratar al paciente", asevera Gómez Menchaca."Esto no es casual. Hay personas dañadas injustamente", dice Gómez Menchaca

Y más allá de los fármacos tóxicos en operaciones oftalmológicas, los datos publicados en los últimos días apuntan a que son hasta 25.000 los afectados por irregularidades con prótesis y productos supuestamente sanitarios. "Las notificaciones ante la sospecha de algún tipo de incidente son puntuales", dijo la ministra Carcedo ante unas evidencias -sacadas a la luz por parte del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación- que reflejan fallos en dispositivos anticonceptivos, prótesis mamarias, de cadera, de rodilla, lentes de contacto e intraoculares, marcapasos y desfibriladores, entre otros.

"Hay personas dañadas injustamente y no se puede decir que esto es algo casual. Solo faltaba que se convirtiera en habitual. A este paso parece que sí", asevera Gómez Menchaca con indignación, y también reconoce que "hay muchos facultativos realmente preocupados por la situación". Porque los médicos creían trabajar con elementos de calidad.

Gómez Menchaca: "La Justicia española está a la cola en cuanto a la sensibilidad con el paciente". / Miriam Cos

Secuelas de por vida

En el caso de los clientes del abogado, hay de todas las edades, aunque predominan los que se acercan a la senectud. "Es donde más se dan los desprendimientos de retina, aunque también ha habido casos como el de un chico de 16 años que jugando al fútbol lo sufrió y se ha quedado ciego de un ojo", comenta el letrado.

El peor caso, el de Pedro Cañete, de Sevilla, que fue operado de los dos ojos a la vez y se ha quedado completamente ciego. Las secuelas psicológicas que le ha dejado la tragedia impiden hasta que se relacione con su propio abogado. "No quiere hablar a la prensa y todo lo que tiene que ver con el ámbito legal lo llevo yo", afirma su hijo.

"Los pacientes no se sienten satisfechos. Las indemnizaciones son cuantías que no hacen justicia al daño físico, psicológico, al impacto laboral... Llevo gente con todo tipo de perfiles", dice Gómez Menchaca, que además añade que "no solo está el tema de no ver, sino el impacto psicológico que va asociado y el tema laboral, siempre hablando de una cirugía totalmente común. Esto no puede pasar más".

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