Está claro que los alimentos que menos nos convienen son siempre los más apetecibles. El chocolate, las chucherías, las tartas y, como no podía ser de otra manera, las patatas fritas. Estas últimas son uno de los aperitivos y acompañamientos que más gustan, pero su apetecible siempre ha estado ligado a una ración copiosa de calorías. Lo que engorda no son las patatas, sino la fritura, que además perjudica el sistema circulatorio y eleva el colesterol malo.

La cantidad de patatas fritas que acompaña a los platos combinados en los restaurantes supera con creces, en la mayoría de los casos, las dos docenas. La cifra es aún mayor cuando nos acercamos a locales de comida rápida y pedimos los menús más grandes. Aun así, esta cantidad queda muy lejos del número máximo de patatas fritas que un investigador de la Universidad de Harvard recomienda consumir.

Y es que el profesor y nutricionista Eric Rimm se convirtió hace unos días en el blanco de las críticas en Twitter al afirmar que el número de patatas fritas de se pueden comer sin que resulten perjudiciales para la salud es seis. Porque, ¿quién puede comer sólo media docena de patatas fritas?

Un artículo del New York Times recogió estas declaraciones de Rimm, quien además calificó a a este alimento de "bombas de almidón". Y es que al ser pelado (la piel es la parte que cuenta con un mayor número de nutrientes), frito en aceite y mezclado con sal, kétchup o cualquier otro tipo de salsa, este tubérculo se puede convertir en un arma para nuestro organismo.

El profesor sitúa además a las patatas entre los vegetales menos saludables ya que en ellas no están los nutrientes ni los componentes que encontramos en las verduras de hoja verde.

El número irrisorio de patatas fritas que Eric Rimm recomienda comer ha despertado las críticas de los usuarios. En su defensa el investigador ha respondido diciendo que él sólo sugería a los restaurantes que ofrecieran una porción más pequeña.

Aunque en los últimos dos años el propio Rimm ha liderado estudios que han relacionado el consumo de las patatas fritas con Diabetes de tipo 2 o con la hipertensióneste profesor de Harvard no ha sido el primero ni el último enemigo público de este alimento.

Un estudio liderado en 2017 por Nicola Veronese fue un paso más allá y concluyó que las personas que consumían patatas fritas más de dos veces a la semana tenían un mayor riesgo de mortalidad.

¿Por qué son tan adictivas las patatas fritas?

Pero si hay algo que sí que ha demostrado la ciencia es que las patatas fritas son adictivas e irresistibles al paladar. Este alimento activa regiones del cerebro relacionadas con el sueño, las áreas motoras y el sistema de recompensa.

Al menos eso es lo que concluyó un estudio alemán publicado en la revista 'PLOS ONE' en 2013. Dicho estudio tenía como objetivo conocer el patrón de actividad que se produce en el cerebro que provoca que comer este alimento sea "irresistible".