Los sujetadores o calcetines demasiado pequeños, cinturones muy apretados, camisas y pantalones ceñidos o zapatos demasiado estrechos forman parte de la larga lista de ropa y complementos que pueden afectar negativamente a nuestra salud.

Las marcas en la piel son indicios de que algo no está bien en el uso de las prendas de vestir, ya sea en el caso de la ropa exterior como en la interior. En este sentido, los excesos en el vestir pueden pasar factura al organismo.

Según explica José Santos, secretario general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, el problema es el uso continuado de este tipo de ropa ajustada, que puede provocar un amplio abanico de problemas.

Entre las afectaciones de llevar ropa ajusta, este profesional cita por ejemplo mayores dificultades para la correcta circulación sanguínea y linfática, mayores posibilidades de sufrir reflujo gastroesofágico, afectaciones en el sistema respiratorio, alteraciones ginecológicas y urológicas, problemas de espalda...

Aunque al referirse a los problemas de salud de llevar ropa ajustada es frecuente pensar en primer lugar en pantalones, vestidos, camisas y camisetas, medias..., otro tipo de prendas no están exentas de riesgos. Por ejemplo, las corbatas.

Y es que un reciente estudio realizado por investigadores del hospital universitario de Schleswig-Holstein en Alemania y que acaba de ser publicado por la revista científica Neuroradiology ha llegado a la conclusión que el uso de la corbata afecta directamente a nuestro cerebro. Concretamente, los investigadores responsables de este estudio han podido comprobar como la corbata reduce el nivel de sangre que llega a nuestro cerebro.

Para llevar a cabo esta investigación, se recurrió a 30 hombres sanos, la mitad de ellos vestidos con traje y corbata y la otra mitad sin ningún tipo de atadura en el cuello. A los primeros se les sometió a una exploración con camisas con el cuello abierto y la corbata floja. Luego, una segunda resonancia con el cuello de la camisa abrochado y la corbata apretada. Y, por último, una tercera resonancia con la corbata aflojada y el último botón de la camisa desabrochado.

Los resultados de las pruebas confirmaron que en los sujetos que vestían corbata se les había reducido el flujo de sangre al cerebro en un 7,5% entre la primera y la segunda resonancia, ya que esta prenda afectaba al flujo venoso de la yugular.

El resultado todavía era superior (12,8%) cuando se comparó el segundo test con el resultado del tercer análisis, cuando se aflojó la corbata y se desabrochó el último botón de la camisa.

Los investigadores dejan claro que no se trata de una cifra significativa para provocar daños graves, pero sí apuntan que puede afectar a la función cognitiva de las personas. En este sentido, un flujo constante de sangre al cerebro es fundamental para nuestra capacidad neuronal.

"El flujo sanguíneo cerebral es indirectamente proporcional a la presión intracraneal, y la compresión de la vena yugular podría conducir a una mayor presión al obstaculizar el flujo de salida, incluso en ausencia de un cambio en el flujo venoso yugular", apuntan los responsables de este estudio.