La lengua es un hidrostato muscular, un órgano que contiene las glándulas salivales en las que se encuentra el sentido del gusto. Este músculo de nuestro cuerpo desempeña funciones esenciales para una adecuada salud bucodental y general de las personas, pues trabaja tanto en la hidratación de la boca como en la digestión.

La lengua favorece la deglución y la masticación de los alimentos, pero también los hidrata mediante la salivación. Además, la utilizamos para comunicarnos a través de sonidos propios.

Con todo ello y, a pesar de su evidente importancia, la lengua suele ser la gran olvidada por todos a la hora del cepillado, aseguran desde el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Alicante (COEA).

¿Por qué debo limpiarme la lengua?

Mantener una correcta higiene de nuestra lengua es muy importante porque su limpieza contribuye a controlar las bacterias no deseadas en la boca. Esas que podrían provocar desde la aparición de la caries dental hasta enfermedades graves en las encías.

Limpiar adecuadamente este órgano también combate el mal alientoy puede mejorar el sentido del gusto.

Ante todo, si observamos algún cambio en el aspecto de nuestra lengua es primordial acudir inmediatamente a nuestro dentista o médico de cabecera. Los odontólogos y estomatólogos son los profesionales sanitarios que mejor pueden aconsejarnos sobre la higiene de nuestra lengua.

¿Cómo limpiar la lengua?

Proceder a una correcta limpieza de nuestra lengua es rápido y sencillo. No precisa de aparatajes muy sofisticados y tampoco es necesario aplicar mucha fuerza en la operación.

En un momento dado, la parte de atrás del cepillo dental o una cucharilla de postre pueden servir perfectamente, aunque existen raspadores que son más ergonómicos y mejoran notablemente los resultados. Si buscamos la mayor eficacia, es lo aconsejable.

Consejos para limpiar correctamente la lengua

El Colegio de Dentistas de Alicante resume en cuatro pasos la forma de ejecutar la limpieza ideal de nuestra lengua.

1- Enjuague bucal: Enjuaga tu boca de forma concienzuda durante al menos dos minutos. Hazlo con agua templada para reblandecer la capa que cubre la lengua y, recuerda, escupe el agua después para evitar que las toxinas vuelvan a tu organismo.

2- Utiliza herramientas adecuadas. El raspador seco es ideal para limpiar la cara superior de la lengua. Es importante empezar desde atrás hacia adelante, lo más atrás que puedas. En este momento ten cuidado, respira profundamente por la nariz mientras te limpias para evitar las náuseas que puede provocar el hecho de utilizar un raspador en la zona más interna de la lengua.

El rascado se debe hacer sutilmente y sin forzar. Primero de detrás hacia delante. Después de izquierda a derecha y viceversa.

3- Aplica pasta de dientes en tu limpieza. Un poco de pasta de dientes oxigenada mejora la operación. Puedes dejarla unos segundos sobre la lengua y después volver a frotar de atrás hacia adelante.

4- Vuelve a enjuagarte la boca. Abundantemente, con uncolutorio sin alcohol, para evitar irritaciones.

Recuerda que la lengua es tan fuerte como delicada. En su limpieza dedica el tiempo suficiente y opera siempre con delicadeza. Sólo una cosa más, siempre, ante cualquier molestia o cambio significativo, acude a tu dentista. Es un consejo del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Alicante.