Los ojos también sufren las consecuencias de la polución originada por la concentración del humo de coches y autobuses, los compuestos químicos de las fábricas e industrias, el polvo y el polen, entre otros.

Por ello, la contaminación del aire puede ser causa de la aparición de algunas enfermedades oculares inflamatorias y acelerar la formación de cataratas.

En casos extremos en los que el paciente es especialmente sensible, si ha estado expuesto a los agentes contaminantes durante mucho tiempo o en los que la concentración de estas sustancias excede los niveles permitidos, se detecta también la formación prematura o agravamiento de las cataratas (opacidad total o parcial del cristalino).

Prevención de cataratas

La medida preventiva a las cataratas podría ser el uso de gafas. También es necesario visitar periódicamente al oftalmólogo para que se realicen exámenes exhaustivos.

De ser necesario, someterse a una operación de láser para corregir cualquier anomalía que aparezca por factores ambientales.

La opinión del experto: contaminación y cataratas

Según el doctor Enrique Chipont, director médico de la Clínica Oftálica, "la contaminación del ambiente perturba directamente la composición de la película lagrimal, cuya función es conservar la transparencia de las capas oculares y que así se puedan formar correctamente las imágenes, impidiendo la aparición de los defectos refractivos además evita la resequedad del ojo al contacto con el aire".

Chipont reconoce que "la niebla que se forma en zonas urbanas, densamente pobladas y con altos niveles de contaminación atmosférica cuando no llueve ni hace aire durante varios días puede provocar irritación en los ojos, ardor, enrojecimiento y lagrimeo".

La inflamación puede persistir hasta 18 horas tras la exposición a las sustancias químicas, aunque "los síntomas suelen desaparecer cuando mejora la calidad del aire", destaca el doctor.

Operación de cataratas

La cirugía de cataratas consiste en retirar la catarata, cuyo proceso se denomina extracción del cristalino, y se realiza por técnica de facoemulsificación.

Se implanta una lente intraocular en la posición donde antes estaba el cristalino, manteniendo la cápsula posterior.

En algunos pacientes, con el paso del tiempo, esta cápsula puede volverse opaca y disminuir la calidad de la visión. En estos casos se puede realizar el procedimiento láser, llamado capsulotomía. Este procedimiento elimina la cápsula y reestablece la calidad de la visión sin requerir cortes en el ojo.

Las personas que tengan alguno de estos dos problemas deberían hablar con su oftalmólogo sobre las opciones posibles de tratamiento, como otros medicamentos, tratamiento láser o cirugía.