La Comisión Europea (CE) formalizará la decisión de renovar la licencia del glifosato el próximo 12 de diciembre, fecha en la que responderá también a la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) registrada para pedir su prohibición, impulsada por organizaciones ecologistas. El acuerdo contó con el respaldo de 18 países, entre ellos España, y se produce a apenas dos semanas de que expire su autorización actual, válida hasta el próximo 15 de diciembre.

El glifosato es el herbicida más utilizado en España y en el conjunto del planeta y "fue clasificado como probable cancerígeno por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) en marzo de 2015 basándose en estudios epidemiológicos en trabajadores agrarios de Estados Unidos, Canadá y Suecia", según afirma el sindicato CCOO, que opina que la reautorización del glifosato "es una oportunidad perdida para la salud de trabajadores y del conjunto de la población".

Un informe de Greenpeace advierte de que los productos a base de glifosato pueden tener efectos adversos sobre la salud humana y animal y el medio ambiente. Según la organización ecologista, la exposición de los seres humanos al glifosato "ha sido vinculada a varios efectos crónicos: reproductivos (defectos de nacimiento), cáncer, neurológicos (incluso implicado en causar el mal de Parkinson), y efectos agudos por el uso directo del producto por los agricultores o por la exposición de los habitantes".

Asimismo, Greenpeace señala que estudios científicos demuestran el potencial del glifosato "para interrumpir la reproducción, por su capacidad de causar daño mitocondrial, necrosis y muerte celular en células embrionarias y placentarias; y de causar alteraciones endócrinas, incluyendo la interrupción en la producción de progesterona y estrógenos, y el retraso en la pubertad masculina".

"El glifosato interactúa con la química y la biología del suelo, provocando una serie de impactos que incluyen la reducción de la nutrición de las plantas y el incremento su vulnerabilidad a las enfermedades. El glifosato también puede lixiviarse hacia aguas superficiales y subterráneas, donde puede dañar la vida silvestre y, posiblemente, terminar en el agua potable", indica el informe.

La EFSA descarta que provoque cáncer

Otro informe, esta vez realizado por expertos de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas en inglés), descartaba que la exposición al glifosato pueda causar cáncer en humanos, aunque proponía fijar unos niveles máximos para controlar su ingesta a través de los alimentos.

Esta investigación fijaba como umbral para su ingesta diaria una dosis aguda de referencia (ARfD) que no superara los 0,5 miligramos de glifosato por kilo de peso corporal, que es la cifra actualmente establecida por las autoridades europeas.

En el análisis se determinó que es "poco probable" que el glifosato pueda considerarse genotóxico, o perjudicial para el ADN, ni una amenaza de riesgo de desarrollar cáncer, después de que ni los datos epidemiológicos en humanos ni la evidencia científica en animales hagan alusión a esta posible asociación.