El cáncer de vejiga es el quinto en frecuencia entre los hombres en países desarrollados. Representa el 3,3% de todos los tumores (el 4,7% en hombres y el 1,6% en mujeres). Pero como en muchos otros cánceres hay grandes diferencias entre los países menos y más desarrollados.

El 65% de los casos se registran en países desarrollados, sobre todo en el sur de Europa y Norteamérica, ligados a la alta proporción de fumadores entre la población masculina.

En España se diagnostican unos 12.200 casos anuales. La incidencia en nuestro país es de las más altas del mundo, siendo el cuarto tumor más frecuente en hombres, tras los de pulmón, próstata y colorrectales.

La mayoría de los casos se diagnostican entre los 65 y los 75 años, con un máximo a los 70, aunque se registran casos desde los 40-45 años.

Un 70-75% de los casos de cáncer de vejiga se pueden atribuir al consumo de tabaco, y hasta un 20% a exposiciones ocupacionales (sobre todo a aminas aromáticas, como es el caso de los trabajadores que están en contacto con gomas, tintes, pinturas, metal, cueros, o bien mineros y conductores).

Otros factores de riesgo conocidos son la infección crónica del tracto urinario. También el uso de algunos medicamentos (fenacetina o ciclofosfamida) podría estar implicado en el origen de un cáncer vesical. No hay datos concluyentes sobre otros factores de riesgo, como el cloro añadido al agua de bebida o el café.

La mejor manera de prevenir la aparición de un cáncer de vejiga, es no fumar, y controlar el riesgo ocupacional.

En este artículo nos vamos a centrar en dar una idea acerca del comportamiento del cáncer de vejiga, sus posibles causas y su prevención dejando para un segundo artículo los tratamientos que actualmente estamos realizando y aquellos que se podrán aplicar en futuro próximo.

¿Qué es el cáncer de vejiga?

Nuestro organismo está constituido por órganos. Estos a su vez están formados por un conjunto de células, que se dividen de forma regular con el fin de reemplazar a las ya envejecidas o a las que se mueren, para mantener la integridad y el correcto funcionamiento de los distintos órganos.

Este proceso está regulado por una serie de mecanismos, que hacen que las células se dividan, permanezcan estables o mueran.

Cuando estos mecanismos se alteran en una célula, ésta y sus descendientes inician una división incontrolada que con el tiempo dará lugar a un tumor o nódulo.

Estas células, además de crecer sin control, pueden adquirir la facultad de invadir tejidos y órganos de alrededor (infiltración), y de trasladarse y proliferar en otras partes del organismo (metástasis). En este caso, se denomina tumor maligno, que es a lo que también llamamos cáncer.

Cuando las células tumorales malignas, están ubicadas en la vejiga, hablamos de cáncer de vejiga.

Este tumor maligno, puede crecer hacia la luz de la vejiga (cavidad vesical) donde se colecciona la orina, tomando un aspecto como de «lechuga» y no invadir las capas profundas de la vejiga.

En estos casos hablamos de tumores superficiales, en la mayoría de los casos localizados, y que se pueden extirpar completamente.

Son los tumores que tienen mejor pronóstico.

En otros casos pueden crecer invadiendo las diferentes capas que cubren la vejiga.

Crecimiento local: el crecimiento local se produce por invasión en profundidad desde las células uroteliales, traspasando la lámina propia e infiltrando la capa muscular.

Puede afectar a los órganos cercanos como el útero o vagina en las mujeres y la próstata en los varones.

Diseminación linfática: una vez que el tumor maligno afecta a la capa muscular de la vejiga se produce la afectación de los ganglios linfáticos más próximos a la misma.

Diseminación hematógena: esta diseminación se realiza a través de los vasos sanguíneos, preferentemente hacia el hígado, los pulmones y el hueso.

Prevención

En la actualidad se conocen factores que parece que poseen una relación con el cáncer de vejiga.

?Tabaco: el consumo de tabaco, independientemente de cómo se consuma (cigarrillos, puros, pipa, tabaco de mascar…) es el factor de riesgo más importante en el cáncer de vejiga.

De hecho los fumadores presentan un riesgo 2 veces mayor de presentar dicho tumor que los no fumadores. Las sustancias cancerígenas del tabaco pasan a la sangre, son filtradas por el riñón y se concentran con la orina en la vejiga.

? Edad: como en la mayoría de los tumores, a edad más avanzada mayor es el riesgo de padecer este tumor. Este cáncer es muy poco frecuente por debajo de los 40 años.

? Sexo: los hombres tienen de 2 a 3 veces más riesgo de desarrollar cáncer de vejiga que las mujeres. Probablemente sea debido a que los primeros presentan mayor consumo tabáquico.

? Exposición laboral: los trabajadores de determinadas industrias químicas en las que se emplean aminas aromáticas como la bencidina, presentan mayor riesgo para desarrollar dicho tumor. Las industrias con mayor riesgo son las textiles, del cuero, del caucho y de pinturas y colorantes.

Infecciones crónicas

Es importante destacar que actualmente no existen evidencias científicas que demuestren que el cloro que se añade al agua para hacerla potable y la sacarina causen cáncer a ese nivel.

En cuanto a la prevención del cáncer de vejiga en aquellos pacientes que ya han sido diagnosticados y tratados, es importantísimo seguir los controles periódicos que le indique su urólogo.

Debemos tener en cuenta que el cáncer de vejiga es uno de los tumores más recurrentes, es decir, pueden volver a aparecer tanto en la zona intervenida como en cualquier otro lugar de la vejiga.

Si ha tenido la suerte de haberse podido tratar a tiempo no espere a volver a tener problemas para ir al urólogo, los controles permitirán detectar un nuevo tumor aunque este no de ninguna sintomatología y poder resolver el problema sin que este deje secuelas.