A partir de los 50 años los varones son conscientes de que deben realizarse un control periódico de su próstata para detectar precozmente el cáncer de próstata.

Sin embargo muchos de ellos temen ir a la consulta del urólogo pues saben que la detección del cáncer de próstata incluye una conocida y desagradable prueba, el tacto rectal, ante la cual la reacción del hombre va desde el chascarrillo al trauma. Vamos a intentar eliminar miedos infundados.

El último estudio realizado por la Current Medical Research, referenciado por medscape, nos indica que haría falta hacer más de 1000 tactos rectales, de forma aleatoria, para identificar un cáncer de próstata clínicamente significativo.

Por otra parte no aporta resultados significativos, en muchos casos, y desincentiva la detección precoz.

¿Ha llegado el momento de abandonar el tacto rectal como práctica médica rutinaria?

Indiscutiblemente el tacto rectal es una prueba incomoda, invasiva y ¿de mucha utilidad?

El tacto rectal permite poder explorar, tocar, la parte de la próstata que está en contacto con la pared rectal.

Nos permite conocer el tamaño, la morfología (forma), dureza y la sensibilidad de la próstata. Pero para que una exploración sea útil debe conseguir su objetivo, que en este caso sería la detección del tumor de próstata clínicamente significativo, es decir que pueda producir síntomas o trastornos que alteren la vida del paciente.

Aunque todavía existe discusión acerca de cuándo realizar el tacto rectal, podemos concluir que no es necesario el realizarlo cuando el paciente viene a la consulta a realizarse un control, chequeo, de próstata cuando:

No presenta ninguna clínica, es decir el paciente no tiene ninguna sintomatología típica del síndrome prostático puesto que no hay dolor al orinar ni aumento de la frecuencia miccional, el chorro de la orina es regular y con presión.

El PSA se encuentra dentro de los límites normales. Estos límites están relacionados con el tamaño de la próstata, la edad del paciente, el aumento progresivo a lo largo de los años...

La ecografía de la próstata nos muestra una próstata regular, de tamaño acorde a la edad sin alteraciones internas...

Cuando el PSA está elevado, cuando el paciente presenta la sintomatología típica del síndrome prostático, cuando la ecografía nos muestra una próstata irregular o bien ante la más mínima duda el tacto rectal debe realizarse.

Existen otras exploraciones que pueden ayudarnos a identificar el tumor de la próstata como son la Resonancia magnética y los nuevos ecógrafos que nos permiten apreciar alteraciones tanto en el tejido prostático como a nivel molecular.

La combinación de estos dos métodos, la fusión de las imágenes que obtenemos con la ecografía y la resonancia, es hoy por hoy el método más adecuado para detectar alteraciones en la próstata sugestivas de ser un cáncer de próstata.

Por último el único método que indiscutiblemente nos puede diagnosticar el cáncer de próstata sería la biopsia prostática.

Con este procedimiento podemos extraer tejido prostático que una vez analizado por el patólogo nos informará sobre la naturaleza del mismo.

Aunque este método no nos garantiza la certeza en el diagnóstico sigue siendo el más fiable.