¿Puede el Alzheimer ser 'contagioso'? La mera idea resultaría estrambótica hasta hace bien poco, pero un estudio apunta que puede no ser tan descabellado. Eso sí, en circunstancias muy extraordinarias. Una investigación publicada en la prestigiosa revista 'Nature' y que establece la posibilidad de contagio de casos de alzheimer en el Reino Unido por tratamientos con la hormona de crecimiento en la infancia ha sorprendido a las autoridades científicas y sanitarias. El Ministerio de Salud del Reino Unido se ha apresurado a enviar una nota tranquilizadora, pero algunos científicos han expresado su preocupación y temen que quepa la posibilidad de que el alzheimer se transmita por otras vías como las transfusiones de sangre o el uso de instrumentos quirúrgicos contaminados.

La controversia está servida y las discrepancias en la comunidad científica sobre la evaluación de los resultados se han desencadenado. "¿Se abre una nueva era en la que la enfermedad del alzheimer pasará de ser una dolencia aislada de ciertos individuos a medida que envejecen a convertirse en algo infeccioso capaz de afectar a cualquiera, sea joven o anciano?", se pregunta Roger Morris, profesor de Neurobiología Molecular del King's College de Londres. "No hay ninguna evidencia de que el alzheimer pueda transmitirse de una persona a otra y estos resultados deberían interpretarse con gran cautela", cree en cambio David Allsop, profesor de Neurociencia de la Universidad de Lancaster para quien “esta investigación dará un montón de titulares engañosos".

El origen del estudio está en las autopsias de ocho personas que contrajeron la mortal enfermedad de Creutzfeldt-Jakob tras años de someterse a tratamientos con lotes de la hormona del crecimiento contaminados y que habían sido extraídos de las glándulas pituitarias de cadáveres. Los investigadores comprobaron que en seis de los ocho casos, los cerebros no sólo presentaban el daño debido a la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob, sino que además habían desarrollado depósitos del péptido beta-amiloide, asociados con el alzheimer. Los cadáveres analizados tenían edades entre los 36 y los 51 años.

El hallazgo podría sembrar la alarma sobre decenas de miles de personas que fueron tratadas con extractos de la hormona del crecimiento y sobre los que es posible que pese el riesgo de desarrollar alzheimer. Eso sí, nada indica que la enfermedad pueda transmitirse por las vías de contacto habituales entre personas.

La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob ocasiona un proceso cerebral degenerativo y es la variante en humanos de la denominada "enfermedad de las vacas locas". Está causada por una proteína infecciosa a causa de las deficiencias en su formación y que se denomina prión. Los científicos creen también que el alzheimer puede tener una causa similar, pero ligada al beta-amiloide.

Ya investigaciones anteriores había revelado que cerebros de ratones podían a la larga generar placas similares a las del alzheimer cuando los animales recibían inyecciones de tejido neurológico humano con esta enfermedad. Ahora, este estudio abre la puerta a la posibilidad de que quepan infecciones equivalentes en el caso de los humanos.

La vinculación entre ciertos casos de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob y personas sometidas a algunas cepas de la hormona del crecimiento ya había sido investigada. En total, unas 30.000 personas en el mundo recibieron inyecciones de esta hormona hace décadas y se han constatado 226 casos de muertes en las que los pacientes desarrollaron la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob ligada a estos tratamientos. De estos, 119 casos han sido registrados en Francia, 65 en Gran Bretaña y 29 en los Estados Unidos.

Dado que los individuos a los que se realizó la autopsia y en los que se hallaron síntomas compatibles con el alzheimer no tenían una predisposición genética específica a esta dolencia y eran todos ellos relativamente jóvenes, los científicos plantean que pueda haberse producido un "contagio" similar al que les produjo la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob a causa de la hormona infectada.

"La explicación más plausible es que la patología ligada al beta-amiloide se haya transmitido por ciertos extractos de la hormona de crecimiento que estaban contaminados también con priones de la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob", ha indicado el neurólogo John Collinge, coautor del estudio.

Dada la relevancia del artículo, otro grupo de científicos está ya intentando replicar los resultados de forma independiente. El neuropatólogo Charles Dyuckaerts, del Hispital Pitié-Salpêtrière en París ha anunciado que realizará pruebas a una veintena de individuos que fallecieron de la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob tras haber sido sometidos a un tratamiento con las cepas de la hormona del crecimiento infectada.

"Ninguna evidencia"

El Ministerio de Salud británico ha enviado un comunicado en el que señala que el artículo "No establece ninguna evidencia de que el alzheimer pueda transmitirse en humanos" y que "es un pequeño estudio en sólo ocho casos". Asimismo, el gobierno también afirma que "las medidas para evitar riesgos de infección en material quirúrgico minimizan ese riesgo" en el Reino Unido, por lo que los pacientes "están muy bien protegidos".