La primavera y el buen tiempo tienen sus riesgos. Los días son cada vez más largos y los rayos del sol, cada vez más intensos, lo que provoca que muchos acabemos cometiendo errores muy graves a la hora de comprar unas gafas de sol para proteger nuestros ojos. Adquirir gafas de sol no homologadas en bazares o mercadillos, lejos de proteger la vista, puede provocar serias lesiones en los ojos como cataratas tempranas, queratitis (inflamación de la córnea), conjuntivitis (inflamación de la capa conjuntiva del ojo), sequedad ocular y consecuencias más comunes como malestar, mareos y dolores de cabeza.

Ana Belén Almaida, presidenta del Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de la Región de Murcia (COORM), aconseja acudir a un establecimiento sanitario de óptica y dejarse aconsejar por un profesional antes de escoger unas gafas de sol. "El problema es que estos daños del ojo son progresivos, no aparecen en una semana, y es con el tiempo cuando descubrimos las patologías", asegura Almaida.

La finalidad principal de las gafas de sol, que afecta a los ojos, y reducir el deslumbramiento provocado por el sol para poder tener una visón nítida y cómoda. Por lo cual, recibir el consejo de un profesional es clave para la elección adecuada de las lentes, ya que cada ojo es diferente así como los efectos que puede tener el sol sobre él. Por ejemplo, los ojos claros necesitan una protección mayor y un cristal más oscuro que reduzca la intensidad del deslumbramiento.

Por otro lado, las personas que lleven lentillas habitualmente deben prestar más atención a llevar gafas de sol con el fin de evitar la sequedad y evaporación de la lágrima por culpa de la luz, lo que suele provocar gran malestar en el ojo. Así mismo, desde COORM remarcan que las gafas de sol pueden ser graduadas si el usuario es miope, hipermétrope o tiene astigmatismo. "Además, las gafas de sol de calidad no tienen que ser necesariamente más caras", recuerda Ana Belén Almaida.

¿Qué exigir al adquirir las gafas? Ana Belén Almaida recomienda que antes de comprar unas gafas de sol nos fijemos en una serie de requisitos que estas deben cumplir para certificar su homologación. Por ejemplo, nunca deberíamos adquirir unas gafas que no lleven la marca de calidad europea (CE) o unas instrucciones a modo de manual de usuario que indique el tipo de cristal que lleva la gafa, la intensidad del filtro y el modo correcto de cuidarlas. Además, debemos exigir siempre una garantía ante cualquier defecto de fabricación.

Consumur, Asociación Murciana de Consumidores y Usuarios recomienda buscar en el etiquetado el número y el año de la norma que cumplen las lentes así como la identificación completa del fabricante o suministrador. Además, debemos exigir siempre que las instrucciones o el manual de usuario estén escritas en castellano. La compra de gafas de sol en un establecimiento óptico y el asesoramiento de un profesional suponen un seguro de que las lentes cumplen todos los parámetros de seguridad y protección.

Debido a la vulnerabilidad del ojo de los más pequeños y la dilatación de la pupila en los niños, que permanece más abierta que en los adultos, el uso de unas gafas de sol homologadas es clave para evitar el desarrollo de futuras patologías en el ojo infantil. "La sensibilidad del ojo, sumada al efecto acumulativo de la radiación, hace que la protección en los niños deba ser aún más grande que en los mayores", sostiene Almaida.

Antes del primer año de vida, el cristalino, que ejerce de filtro, deja pasar a la retina el 90% de la radiación UVA y el 50% de la UVB. La consecuencia, según los expertos, es que casi el 50% de la radiación ultravioleta a la que nos vemos expuestos a lo largo de la vida se produce antes de cumplir los 18 años. Entre los daños que surgen a corto plazo destacan las queratitis o quemaduras solares, que en los más pequeños se manifiestan con síntomas de dolor, fotofobia o enrojecimiento de los ojos. A largo plazo, el daño puede ser más grave, en forma de alteraciones corneales, lesiones degenerativas y quemaduras agudas en la retina, que afectan a la visión de forma permanente.

Desde el COORM recomiendan evitar el uso de gafas de sol de juguete, ya que suponen un serio riesgo para la salud ocular, y aclaran que incluso los bebés pueden llevar gafas de sol, especialmente diseñadas para ellos con material ergonómico de silicona, a partir de los tres meses de edad.