El doctor Mario Márquez, especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Quirón Torrevieja emplea una técnica pionera de rejuvenecimiento facial a partir de células madre. Según sostiene el especialista, «la técnica está basada en la infiltración de células madre extraídas de la grasa del propio paciente, consiguiendo que aumente el tejido adiposo y la segregación de colágeno de forma permanente».

Al tratarse de una técnica mínimamente invasiva, no deja cicatrices y no contempla el riesgo de rechazo, al mismo tiempo que reduce fuertemente las posibles complicaciones que puede tener el paciente después de una intervención con cirugía invasiva. Es por ello que, de nuevo, el uso de la masa propia, se está afianzando como una alternativa segura a los implantes en las intervenciones de aumento de pecho.

Las células madre, son un tipo de células capaces de autoregenerar y reparar tejidos envejecidos o dañados y por ello, son utilizadas en tratamientos de reparación y reconstrucción. En la técnica de rejuvenecimiento facial, su acción está relacionada con la reactivación de la capacidad reproductiva del tejido adiposo. Por otro lado, las células madre extraídas del tejido graso, reducen la mortalidad de fibroblastos, que son las células encargadas del mantenimiento de la piel, al tener la propiedad de segregar colágeno, una de las principales sustancias en todos los tratamientos de rejuvenecimiento facial. Con todo ello, conseguimos que aumente el tejido adiposo y la segregación de colágeno que va a permanecer en los tejidos y se va a convertir en permanente.

La técnica consiste en la extracción de tejido graso del paciente mediante una liposucción a baja presión para no dañar a los adipocitos. Dicho tejido, se centrifuga y se separa en tres capas, de las cuales, se utilizará la capa mas densa y más rica en células madre. A continuación, se procede a la infiltración por debajo del periostio y los músculos faciales de la materia obtenida a base de células madre y adipocitos.

La intervención dura alrededor de dos horas y al tratarse de una cirugía mínimamente invasiva, no requiere de ingreso hospitalario, sino que el paciente se acogerá al protocolo de cirugía en régimen ambulatorio. En caso de someterse a un aumento de pecho, tras finalizar el implante se procede a la inmovilización mediante un vendaje entre 7 y 10 días, sin presentar ningún obstáculo a la hora de regresar a la rutina diaria.

Los resultados que se obtienen tras la intervención son la reconstrucción de las estructuras naturales de la cara, obteniendo curvas armoniosas, relajación de la frente y pómulos más luminosos.