El estrabismo o desviación de los ojos se manifiesta en muchos casos desde el nacimiento o en los primeros años de vida, lo cual hace que sea tratado e intervenido en esas edades sin llegar a la edad adulta. Pero otras veces el estrabismo bien por no ser haber sido operado anteriormente, o bien por ser secundario a otras enfermedades, llega a la edad adulta con toda su manifestación.

Cuando el estrabismo aparece o se mantiene en la edad adulta, no es extraño que las personas piensen que no tienen tratamiento, o que sus complicaciones son elevadas, dado que la mayoría de ellos, como decíamos, son intervenidos a edades infantiles. Eso no es correcto; la desviación de los ojos puede ser tratada en cualquier momento de la vida, independientemente de la edad de la persona, si bien tiene algunas connotaciones particulares.

Lo más importante cuando un estrabismo aparece en la edad adulta, es conocer el motivo del mismo, es decir, en muchas ocasiones se trata de un problema bien neurológico o vascular que ocasiona una parálisis de los movimientos de los ojos, con el consiguiente estrabismo. Esto implica que lo primero y fundamental sea abordar el tratamiento de dichos problemas vasculares o neurológicos, pasando el estrabismo a ser intervenido cuando se haya solucionado el posible tratamiento de los otros problemas, que en ocasiones pueden tener una repercusión incluso vital si no son tratados con la debida prontitud.

Una vez conocemos la causa de dicho estrabismo del adulto y ésta haya sido tratada por el especialista correspondiente, será cuando planteemos tras la estabilidad del proceso, la posible intervención del estrabismo. Igualmente cuando el estrabismo se padece desde pequeño, podremos afrontar también su tratamiento quirúrgico en cualquier momento.

En la edad adulta, especialmente en los casos de parálisis oculares, las alternativas quirúrgicas de tratamiento pueden ser la cirugía convencional o la inyección de toxina botulínica. Dicha toxina produce una parálisis de los músculos que más fuerza ejercen, para compensar la alteración producida y favorecer la recuperación. Cuando la toxina no es eficaz, o cuando ha pasado demasiado tiempo desde la parálisis es cuando se recurre a la cirugía convencional, reposicionando los músculos oculares para conseguir un mejor movimiento.

No es infrecuente que el paciente adulto tenga inicialmente miedo a esta intervención por el riesgo de ver doble, lo cual es algo infrecuente y cuando ocurre en la mayoría de las ocasiones es transitorio y muy rara vez requiere una segunda intervención. El miedo a la visión doble es una complicación que siempre puede ocurrir en el estrabismo, pero infrecuente con las técnicas actuales de cirugía.

Tal vez la diferencia más importante entre la operación a la edad adulta o en la infancia es la fase de cicatrización. Los niños responden mucho mejor a cualquier intervención, sus tejidos son mucho más agradecidos y hacen que en pocos días su recuperación sea mucho más rápida. En el adulto el enrojecimiento y la sensación de molestia tras la intervención suele ser algo que tarda un poco más de tiempo en recuperar y que requerirá de algún tratamiento en gotas durante algunas semanas tras la intervención.

Además, es importante recordar, que la cirugía del estrabismo del adulto nos posibilita una mayor exactitud a la hora de su tratamiento cuando nos ayudamos de las modernas técnicas de valoración como son la videooculografía y los simuladores prequirúrgicos. Mediante la videooculografía podemos tener unas medidas exactas con una precisión superior a 0,1º de la desviación de los ojos en cualquier posición de la mirada. Mediante esta técnica de la cual somos pioneros en su manejo y que disponemos en la Unidad de Estrabismos de OFTALMAR en el Hospital MEDIMAR Internacional de Alicante, podemos no solo efectuar un registro exacto de la desviación de los ojos, sino mostrar al paciente de una manera gráfica su estrabismo, para poder explicarle mucho mejor su enfermedad y las posibilidades de tratamiento.

A estos modernos sistemas de registro, debemos añadir la posibilidad de combinarlo con sistemas de simulación informatizada biomecánicos, donde reproducimos en un modelo dicha desviación y podemos aplicar la cirugía que deseamos realizar para observar sus resultados y poder valorar la necesidad de realizar cambios en la misma, lo cual nos permite reducir el número de reintervenciones de una manera significativa, pues podemos precisar mucho mejor nuestros resultados.

Tanto la videooculografía como la aplicación de simuladores biomecánicas suponen para el tratamiento de las desviaciones oculares un gran avance que nos permite acercar a la comprensión de los pacientes las intervenciones que vamos a realizar y especialmente una mayor seguridad a la hora de realizar dichas intervenciones.

El estrabismo está pasando de ser una técnica artesanal de registro manual y basada en mediciones personales, a ser una técnica de gran precisión en sus mediciones y en su tratamiento.

El estrabismo si bien debe ser intervenido en la edad infantil, cuando llegamos a la edad adulta o aparece en dicha edad, también puede intervenirse con buenos resultados, siempre requiriendo un estudio personalizado de cada caso con las modernas técnicas actuales.