El especialista de la Unidad de Medicina Interna del Hospital USP San Jaime, Dr. Javier Satorres, ha señalado hoy que "una de las medidas más importantes para contrarrestar las altas temperaturas veraniegas y prevenir los denominados golpes de calor es beber agua abundantemente, destacando el hecho de que no hay que esperar a tener sed para tomar agua".

Según Satorres, "solo el 54% de la población española se hidrata correctamente, de los cuales el 40 por ciento consume entre seis y diez vasos de líquido al día y solo el 14% restante bebe la decena como indica el Observatorio de Hidratación y Salud (OHS)"

En opinión del Dr.Satorres, los datos evidencian la mala hidratación practicada por la mayoría de la población española. "Se calcula que el 20 al 25% del agua proviene de los alimentos y del 70 al 80% de las bebidas. Sin embargo, la mayoría de las personas prefiere confiar en su percepción de sed y tan solo beben cuando sienten la necesidad, pero es necesario recodar que muchas personas tienen una percepción de la sed alterada. Esto ocurre en el caso de las personas mayores quienes a partir de los 60 años pierden la percepción de sed. Además, en condiciones ambientales adversas como puede ser el verano, mojarse los labios y beber una pequeña dosis puede engañar a la percepción de sed de estas personas, la cual desaparece pese a estar aún insuficientemente hidratados con el consiguiente riesgo para su salud".

Para el Dr. Satorres, es importante explicar que "en condiciones normales y para protegernos del calor, el termostato interno de nuestro organismo produce sudor que se evapora y refresca el cuerpo. Sin embargo, los días de calor intenso obligan al cuerpo humano a un esfuerzo importante de adaptación para mantener la temperatura corporal normal es ahí cuando hay que incidir en la hidratación sobre todo en niños, ancianos y mujeres embarazadas que son más susceptibles a sufrir una deshidratación".

En este sentido, ha explicado los síntomas que pueden alertan de una posible deshidratación. "La sed, es ya un signo de que nuestro cuerpo necesita hidratarse por eso hay que tomar agua antes de que nuestro organismo comience a acusar la pérdida excesiva de líquidos. Cuando los mecanismos de defensa frente al calor fallan o no son suficientes, aparecen síntomas como calambres, sensación de agotamiento, malestar, dolor de cabeza, nauseas, vómitos, sed intensa y deshidratación. Podemos llegar incluso a sufrir el llamado golpe de calor, donde además de esta sintomatología se añaden piel caliente y enrojecida, aumento de la temperatura corporal por encima de 40º, inestabilidad al andar, mareos, convulsiones y coma".

Por último, para evitar tal situación, el Dr. Satorres ha elaborado una serie de recomendaciones que previenen los excesos del calor en verano:

- Durante los días de mucho calor, refrésquese cada vez que lo necesite.

- Beba agua abundantemente

- Protéjase de la exposición directa al sol.

- Evite realizar esfuerzos físicos en las horas de más calor.

- Permanezca el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados.

- Use ropa clara, ligera y que deje transpirar.

- Tenga en cuenta que las altas temperaturas afectan especialmente a niños, mayores y enfermos crónicos. Por consiguiente, habrá que extremar las precauciones en estos grupos.

- Mantenga sus medicinas en lugar fresco, el calor puede alterar su composición y su efecto.

- Evite la exposición al sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas).

- Evite exposiciones prolongadas o dormirse al sol.

- Proteja adecuadamente la piel, la cabeza y los ojos con ropa, sombreros o gorros y gafas de sol.

- Proteja especialmente a los niños y evite que los menores de tres años estén expuestos al sol.

- Si está tomando medicación, compruebe que ésta no afecta a la sensibilidad a la radiación ultravioleta.

- No olvide que el riesgo de quemaduras solares se incrementa con la altura.