Nunca es tarde para cumplir tus sueños. Esa es la frase que cambió la vida de Jacqueline Moncayo, pronunciada por su amiga y hoy socia Adriana Cobo durante un viaje por España. «Yo he dirigido sola, desde la muerte de mi marido, una empresa textil en Latinoamérica. En un año sabático, recorriendo este país, y hablando con mi amiga, se sorprendió de que lo hubiera hecho sin formación alguna y me animó a ir al IED (Instituto Europeo de Diseño). Con 54 años empecé a recibir educación superior por primera vez en mi vida. Me sentía como mis compañeras de 25 años. Si no me miraba al espejo era una de ellas. Allí aprendí todo. Y tuve claro que era la diferencia lo que me iba a permitir salir adelante. ¿Por qué zapatos? porque son un producto muy español, pero también son un símbolo, expresan lo que eres y permiten diferenciarse» explicó Jacqueline en el I Encuentro Arte, Moda y Lujo organizado por la revista WOMAN MF, en el que participaron Natalia Armijos, dir. general de la OIE; Enrique Valero, dtor. general de Abadía Retuerta LeDomaine y Raúl Marina, comisario de exposiciones de moda y que moderó Charo Izquierdo, dir. general de Revistas de Grupo Zeta-Prensa Ibérica.

«El arte nos ayuda a la trascendencia y hay creaciones que sabes desde el primer momento que son una obra de arte. Eso fue lo que me pasó cuando vi los zapatos de Jackie. Luego está el lujo, asimilable al valor, no al precio; el valor que da la artesanía, a través de la que ella une dos culturas, la española y la de Ecuador», destacó Charo Izquierdo. Arte y cultura que son «puentes entre Europa y América», señaló Armijos; mientras la artesanía es, según Raúl Marina, «lo que te diferencia. La moda es un ejercicio de identidad. Aplicado a los accesorios, se trata de hacer objetos deseables». Una opinión compartida por Jacqueline, que terminados sus estudios se trasladó a Elda: «Allí viví año y medio, en contacto con la fábrica, trabajando con artesanos de los alrededores y de pueblos de Ecuador para encontrar lo mejor. Tenía claro que iba a trabajar el diseño, la belleza, el detalle, pero también el confort. España tiene un tesoro natural, que es la artesanía y transmite la esencia del lujo», explica Jacqueline. Un concepto que, recordó Enrique Valero, «ha cambiado. Ahora se busca la exclusividad, la autenticidad. A los españoles todavía nos falta creernos que hacemos las cosas muy bien». Y Jacqueline Moncayo es una firma española.