Cuidar de nuestros ojos es vital porque son para toda la vida. Ahora que llega el buen tiempo y estamos más expuestos a la luz solar es muy importante elegir bien unas buenas gafas de sol porque, como hemos dicho antes, los ojos son para toda la vida, y no cualquier gafa de mercadillo sirve para prevenir los daños del sol.

"Pasamos mucho tiempo frente al sol y el ojo puede ir sufriendo a través de esa luz ultravioleta, que puede dañar la piel, pero también puede dañar el ojo y es muy importante llevarlos bien protegidos", afirma en una entrevista con Infosalus la presidenta de la Sociedad Internacional de Optometría del Desarrollo y del Comportamiento (SIODEC), Gloria Hermida.

La experta considera que a la hora de proteger nuestros ojos de la luz solar es imprescindible el uso de gafas de sol cuando se va a la nieve, ya que se pueden producir quemaduras en el ojo frente al potente reflejo de la luz solar, y preferentemente recomienda los cristales de categoría 4.

"A la larga son muchos años y horas de exposición al sol. Cuanto más protegidos tengamos los ojos, mejor. Es necesario filtrar esa luz ultravioleta", insiste la optometrista.

Con todo ello, enumera los principales conceptos que debemos de atender a la hora de elegir una buena gafa de sol, así como los errores que no se deben cometer:

1.- Siempre elegirlas siguiendo el asesoramiento del optometrista, y comprarlas en un establecimiento óptico, ya que hay muchas tipologías en la intensidad del filtro. "Hay cuatro categorías: la 4 es la más oscura, que se emplea sobretodo para la nieve; la 3 es la más común y la tienen casi todas las gafas; y la 2 y la 1 son lentes menos tintadas y dejan pasar más la luz. En función de la necesidad que tengamos deberemos usar unas u otras", aclara.

2.- Es necesario que tenga filtro UV. Cualquier gafa que se venda en una óptica cumple con los requisitos contra la luz ultravioleta, que es lo que puede perjudicar a los ojos, pero fuera de un establecimiento óptico no se garantiza que éste esté presente en la gafa.

"Llevar una lente oscura y sin este filtro puede dañar mucho el ojo porque cuando hay oscuridad la pupila se agranda y deja pasar más luz. Entonces con esta lente sin filtro UV entrará mucha luz, nuestra pupila estará muy grande, y se estará perjudicando seriamente a nuestros ojos", aclara.

3.- En cuanto a los tonos, Hermida señala que en general los miopes ven mejor a través de las lentes tintadas en marrón, mientras que los hipermétropes a través de los colores verdes. También dice que hay lentes con mucha curvatura y hay personas que no lo toleran. Por ello, aconseja seguir las recomendaciones del optometrista en todo momento.

4.- A la hora de elegir gafas y cristales, dice que hay materiales diferentes, lo más importante es atender a las lentes, que las hay de vidrio y orgánicas. Antiguamente se empleaban más las lentes de cristal, pero ahora generalmente todas son orgánicas. Éstas se caracterizan principalmente porque si se cae la gafa la lente no se rompe, y además porque pesan menos. De hecho, destaca que en lentes graduadas el vidrio está en desuso.

5.- Si la idea es comprarse unas gafas con lentes polarizadas Hermida sostiene que no está mal pensado. "Son una gran ventaja, sobre todo para las personas que conducen mucho o están en el mar, porque polarizan la luz y eliminan muchos los reflejos y los brillos", advierte.

6.- Si se está barajando la opción de una lente espejo, la portavoz de SIODEC destaca que, aunque se trata más de estética y éstas no influyen negativamente en la salud visual, sí señala que, "lo único", se trata de lentes que hay que cuidarlas un poco más porque se nota más el deterioro de la lente, los rayajos.

7.- Precisamente, advierte de que a la hora de comprar gafas muchas veces sólo nos fijamos en la parte estética, y no seguimos las indicaciones del optometrista, cuando lo que debe primar es nuestra salud visual.

8.- A su juicio, el "error más grave" a la hora de comprar las gafas es hacerlo fuera de un establecimiento óptico porque no contamos con el asesoramiento necesario para elegir una buena gafa y porque se desconocen las condiciones o características idóneas de la gafa, generalmente de peor calidad, y con más boletos para dañar nuestros ojos.