Los cambios en la temperatura afectan inevitablemente a nuestro pelo, así mientras que en verano el calor lo reseca y cambia su color, en invierno el frío lo vuelve quebradizo. De esta forma, la falta de humedad en el aire frío hace que nuestro pelo tienda a perder su naturaleza sedosa, volviéndose 'rebelde'.

En estas fechas también es común sufrir, entre otros, problemas de encrespamiento o cuero cabelludo seco, que pueden ser provocados por los gorros o accesorios que utilizamos para protegernos de las temperaturas.

Por todo ello, durante los meses más fríos, el cabello necesita mucho cariño y cuidado.

1.- Salir de casa siempre con el pelo seco. Es aconsejable no salir con el cabello mojado a la calle porque, a bajas temperaturas, el cabello absorbe la humedad y se hiela fácilmente provocando la rotura de las fibras capilares.

2.- Máxima hidratación. Mantener el pelo hidratado y nutrido es necesario para proteger el cabello del frío, que afecta a tu melena y hace que sea más frágil. Una buena alimentación es fundamental para conseguir un pelo fuerte y sano que resista las condiciones climáticas.

3.- Cuidado con las fuentes de calor. Es importante moderar el uso del secador y las planchas debido a que el calor reseca el pelo dañando la cutícula. Lo más conveniente es regular la temperatura y la intensidad del aire, así como utilizar protectores térmicos.

4.- Con viento, pelo recogido. Recoge el pelo en días de viento para evitar nudos y posteriores fracturas.

5.- Regula la temperatura del agua. Lavar el pelo con agua tibia es fundamental para mantener el brillo y la fuerza del cabello.