Las bajas temperaturas, el viento y la humedad pueden provocar sequedad extrema en la piel, que junto a la polución, contribuye a la formación de arrugas en otoño e invierno, tal como apunta un estudio japonés publicado en la revista 'Experimental Dermatology'. En él se explica cómo la sequedad incrementa la secreción de una proteína (MMP-1) involucrada en el envejecimiento cutáneo.

El viento y el frío pueden provocar la deshidratación de la piel al bajar la humedad del ambiente, lo que conduce a que la piel se reseque mucho. Además, la contaminación del aire es otro factor a tener en cuenta en esta época del año, ya que los agentes contaminantes provocan la muerte prematura de las células lo que acelera el envejecimiento, apunta el estudio.

¿Cómo preparar la piel para el invierno?

La mejor manera, según los expertos, de prevenir estos problemas causados por los factores climatológicos adversos y la contaminación del aire, es preparar la piel. Una piel hidratada y nutrida nos permite hacer frente a los agentes externos que puedan perjudicar a nuestra piel, por ello es imprescindible la limpieza facial dos veces al día y utilizar protector solar durante todo el año.

Por otra parte, también combatiremos los efectos del frío con una buena alimentación: conviene tomar frutas y verduras de temporada, de muchos colores, ya que su alto contenido en vitaminas permite limpiar y recuperar los tejidos de los efectos nocivos del sol y proteger del frío.

Si queremos dar un paso más, también se puede recurrir a tratamientos de medicina estética como la mesoterapia facial, que consiste en depositar, mediante pequeñas infiltraciones, un producto natural a nivel medio de la piel, como pueden ser vitaminas o aminoácidos.

Por último, para luchar contra el envejecimiento o para personas con una extrema sequedad, algunos expertos señalan un tratamiento de bioestimulación con plasma que consiste en la infiltración de factores de crecimiento autólogos.

Secretos para que la piel no sufra en la nieve

  • En una jornada de nieve, es imprescindible hidratarse bien la cara con una crema protectora para el sol.
  • Utilizar bálsamos labiales para prevenir las grietas en los labios, heridas o yagas a causa de la sequedad. Elige protectores labiales que contengan miel, minerales y vitaminas.
  • Las manos también necesitan mimos especiales: si el frío se ceba con ellas, recurre a una mascarilla nutritiva e hidratante. La manteca de karité o el aloe vera proporcionarán una gran hidratación natural a tu piel. Recuerda masajear tus manos a diario con crema hidratante.
  • La nieve también estropea el pelo; para protegerlo y cuidarlo es importante estimular la microcirculación del cuero cabelludo para fortalecerlo desde la raíz. Aplica una mascarilla una o dos veces a la semana y masajea con las yemas de los dedos suavemente. Para lograr más brillo y elasticidad, recurre al aceite de argán y notarás los resultados.