Que los tacones altos y nos hacen sentir más sexys no es ningún secreto. Sin embargo, aunque sean la forma perfecta de completar un traje, su uso prolongado puede causar estragos en el cuerpo.

Los primeros peligros de los tacones altos siempre son los más típicos. Los podólogos llevan años advirtiendo sobre los juanetes, durezas, dedos martillo y deformaciones que provocan este tipo de calzado.

Muchas mujeres que usan con frecuencia tacones pasan por alto los riesgos de este tipo de calzado ya que, al empezar a llevarlos, notan como los músculos del tobillo se van fortaleciendo. Sin embargo, un estudio en la Universidad Hanseo de Corea del Sur demostró que usar tacones durante cuatro años, fortalece unos músculos del tobillo y debilita otros, provocando riesgo de esquinces y fracturas.

Otro estudio de la Universidad de Iowa, Estados Unidos, demostró que el uso prolongado de tacones altos favorece el deterioro de las articulaciones y la aparición de artrosis de rodilla.

Para realizar el estudio se seleccionaron zapatos de tres alturas diferentes: planos, de unos cinco centímetros y de más de ocho centímetros. Los investigadores seleccionaron a 15 mujeres y utilizaron cámaras de medición, sensores y acelerómetros para analizar las fuerzas que actúan sobre la articulación de la rodilla y la fuerza que mueve el cuerpo al caminar.

Al final, los investigadores observaron que cuanto más altos son los tacones mayor es la compresión de las rodillas. Esto significa que el uso prolongado de tacones altos puede causar artrosis de rodilla, contribuir al deterioro de las articulaciones y distensiones en la espalda.

Otro peligro de los tacones altoses la posibilidad de padecer osteoartritis. Cuando llevas zapatos de tacón, el cuerpo sufre una inclinación que incrementa la tensión sobre los dedos y el empeine, propiciando la aparición de esta enfermedad, producida por el desgaste de cartílago.

Con los tacones altos la circulación de las piernas también se ve afectada, pudiendo ser la causa de varices tras un uso muy prolongado de este calzado.

Pero las piernas no son las únicas afectadas cuando nos pasamos de glamurosas. La inclinación que provocan los tacones hace que la postura del cuerpo cambie y se tiendan a buscar nuevas poses. De este modo la espalda se curva, provocando tensiones musculares, dolores lumbares y demás molestias que en ocasiones pueden llegar al cuello y a la cabeza de forma crónica.

Aprovecha el buen tiempo para dejar los taconazos a un lado y olvídate de todos los peligros que acarrean calzándote unas bonitas sandalias este verano.