Tras tanta lucha por superar el machismo, la represión de la mujer y la feminidad sin complejos en el hombre, ahora vamos y reclamamos un arquetipo viril en el que la barba tiene que ser un imprescindible.

Hay una explicación para esta atracción desmesurada a las barbas -en los hombres, por supuesto, gracias a dios aún no ha llegado el momento en el que el vello facial en la mujer sea atractivo-, y es que según un estudio de la Universidad de Colorado, las barbas nos hacen conectar con la parte más animal del ser humano. La barba da virilidad, lo que nos provoca un sentimiento de fragilidad y delicadeza que nos atrae por ese instinto protector. Se trata del mejor complemento de un hombre, y es que dota a su poseedor cierta dejadez, misterio, masculinidad y atractivo.

Tras un profundo trabajo de investigación con las fuentes más fiables (Wikipedia), hemos podido averiguar que la barba es algo que a lo largo de la historia ha tomado diversas connotaciones, tanto ideológicas -la denuncia social de los hippies en los 70-, como religiosas.

Actualmente la barba es una moda, y como todo, pende de un sin fin de oscilaciones conducidas por modelos o actores. Si bien hace unos años nos dejábamos embaucar por el prototipo de hombre metrosexual, ahora los que nos hacen temblar son los que se asemejan al prototipo de "antihéroe" -hombres con pelo en el pecho, que se cuida lo mínimo, y con las horas justas de gimnasio-.

No, en realidad no estamos siendo originales. Nos gusta lo que quieren los grandes de la moda que nos guste, pues por si no te has fijado, las firmas de lujo como Hermès o Dolce & Gabbana cuentan con frondosas y tupidas barbas para sus campañas.

La revista Grazia ha elaborado una lista de hombres que han querido sumarse al 'efecto barba' sin grandes resultados. Y es que la barba es un don, no cualquiera puede lucirla con estilo y gracia.

Elijah Wood, Ryan Gosling o Leonardo DiCaprio son algunos de los actores que debido a su escaso vello facial, lo único para lo que les ha servido dejarse barba ha sido para lucir un aspecto muy desmejorado y poco favorecedor.