Ni las dietas, ni el ejercicio, ni los masajes, ¿Hay alguna forma de eliminar la celulitis y la dichosa grasa acumulada sin tener que pasar por el quirófano? Tras varios años de desarrollo y depuración técnica y profesional, la cavitación se ha consolidado a día de hoy como una de las opciones médico-estéticas más eficaces para eliminar la grasa localizada en zonas difíciles, como caderas, abdomen, cartucheras o brazos, y que se resiste a desaparecer con otro tipo de tratamientos. Sus resultados están avalados científicamente por especialistas y prestigiosas universidades de todo el mundo, desde Harvard y Oxford a la Complutense de Madrid, pero ¿en qué consiste la cavitación? ¿Es apta para todo el mundo?
La cavitación es una técnica segura, indolora y no invasiva que no requiere de intervención quirúrgica alguna ni sedación y que consiste en la aplicación directa (sobre la piel de la zona que se quiera tratar) de ultrasonidos de baja frecuencia que propiciarán la transformación de las moléculas grasas en una sustancia líquida que posteriormente el organismo se encargará de eliminar de forma totalmente natural.
¿Es un tratamiento apto para cualquier persona?
La cavitación es un tratamiento apto tanto para mujeres como para hombres y es una técnica especialmente interesante para aquellas personas que, aun siendo delgadas y que por lo tanto no precisan someterse a una dieta de adelgazamiento, acumulan grasa en una zona muy concreta y tienen problemas de celulitis y flacidez. De hecho, si existe un sobrepeso severo la cavitación no es el primer tratamiento en el que se debería pensar, ya que previamente se deberán buscar resultados mediante una rutina de dieta y ejercicio físico.
Igualmente, esta técnica tampoco es apta para mujeres embarazadas, durante la etapa de lactancia, ni cuando se padezca una enfermedad grave, como pueda ser cáncer, una cardiopatía severa o patalogías hepáticas y renales.
Los resultados de la cavitación, muy similares a los de la liposucción pero sin pasar por el quirófano, están garantizados siempre y cuando se realice de la mano de profesionales y en centros certificados y, más allá de la eliminación de la grasa acumulada y la reducción de peso y volumen, se ha demostrado que es una técnica que igualmente contribuye a mejorar la circulación, regular el tránsito intestinal, favorecer la eliminación de toxinas o mejorar el tono y la elasticidad de los tejidos, entre otros beneficios.
Eso sí, asesórate previamente para asegurarte de que tu perfil es apto para este tipo de tratamiento y exige toda la información que necesites; es tu derecho y la obligación del centro facilitarte toda la información relativa al tratamiento y los equipos que utilizan y, de hecho, los centros profesionales no tendrán ningún problema en hacerlo, todo lo contrario, para garantizarte que estás en buenas manos y que vas a conseguir los resultados que buscas.
