Las mascotas, y en especial los perros tienen la costumbre de oler e incluso ingerir diferentes sustancias que se encuentran a su paso y, que en ocasiones, pueden resultar venenosas o dañinas. El daño puede provenir de plantas tóxicas, herbicidas o productos químicos, elementos contaminantes que pueden estar, por ejemplo, en la base de los árboles. En este caso, siempre conviene vigilar al animal, de manera que no se acerque a espacios que pueden resultar peligrosos.

Si, por otra parte, el dueño de la mascota identifica que esas sustancias o ingredientes están envenenadas de forma premeditada para dañar al animal, llega el momento de actuar.

En primer lugar habrá que recoger pruebas ante las amenazas de envenenamiento. Es decir, en los casos en los que el dueño del animal reciba amenazas, este deberá estar alerta de cualquier movimiento y recopilar pruebas que demuestren la intención de envenenamiento hacia su mascota. Guardar una muestra del veneno o alimento ingerido y la necropsia realiza por el veterinario resultarán pruebas fundamentales para tomar acciones legales contra el presunto agresor.

Cómo saber si nuestra mascota está envenenada

Los síntomas para saber si nuestra mascota está envenenada son: vómitos, rigidez muscular o convulsiones, mareo, desorientación e incluso expulsar espuma por la boca.

Si estos síntomas se hacen patentes, el siguiente paso será guardar una muestra del veneno o alimento que haya ingerido la mascota. Esta fase resultará fundamental para el veterinario, ya que determinará el tratamiento que necesita la mascota. En el caso de que la mascota fallezca, resultará esencial acudir con el cuerpo al veterinario para que realice una necropsia para así poder conocer las causas de su muerte y la sustancia con la que resultó intoxicado.