Champi ya no puede esperar a su dueño a las puertas del hospital Reina Sofía, donde permanece hospitalizado, ya que la perrera municipal no lo quiere ahí. Desde que se hiciera pública su historia -el can permanece a las puertas del centro hospitalario desde la noche del pasado miércoles esperando ver salir a su dueño-, son muchos los que se han acercado al lugar para conocer a este pequeño perro, mezcla de Pastor Alemán y callejero.

Las continuas muestras de cariño, que pasan por llevarle agua y comida, hicieron que durante todo el día del pasado sábado fuera la comidilla en los pasillos del hospital. Mayores y pequeños se acercaban al Reina Sofía para fotografiarse con el fiel perro, que no quiere despegarse de la puerta sin su dueño.

Champi no es un perro abandonado, de hecho, Sergio -hijo del dueño del can- baja a menudo a la calle para ver cómo está su mascota, pero nada puede hacer para que el perro no se escape de casa (ubicada junto al hospital) y, además, debe estar en la habitación cuidando de su padre.

Ante tal revuelo, alguien llamó a la perrera municipal y un trabajador se presentó en la puerta del Reina Sofía comunicando que el perro no podía estar ahí o se lo tendrían que llevar, según cuentan a esta Redacción testigos que presenciaron la escena.

Las reacciones no tardaron en aparecer y fueron muchos los que se opusieron a que Champi fuera trasladado a la perrera. Esto llegó a oídos de Sergio, que no ha tenido otra opción que encerrar en casa al perro. Amigos de la familia aseguran que Champi "no está acostumbrado a estar solo, pues siempre iba a todos lados con ellos".

Además, mantienen que "el pobre perro no para de ladrar porque lo que quiere es estar esperando a su dueño en el hospital".