Cineasta, guionista y actriz. Su más reciente película, 'La seducción', la convirtió en la segunda premiada como mejor directora en el Festival de Cannes y todo parece indicar que esta historia sobre un soldado herido que encuentra refugio en un internado de mujeres volverá a situar a la hija menor de Francis Ford Coppola, de 46 años, en la carrera por el Oscar. Por ahora, ella ya cuenta con una estatuilla dorada y un Globo de Oro por 'Lost In Traslation'.

¿Le sorprendió ganar en Cannes?

Por supuesto, no tenía la menor idea de que eso podía pasar. Lo cierto es que había regresado a mi casa con mis hijas y cuando íbamos al parque de atracciones de Coney Island recibí la llamada diciéndome que había ganado el premio a mejor directora. Fue una sorpresa y un enorme estímulo.

Con sólo 8 años había estado en Cannes con sus padres. ¿Lo recuerda?

Claro. Celebré mi cumpleaños cuando mi padre estaba allí por Apocalipsis Now. Disfrutaba con que mis padres nos llevaran a aquel mundo de los adultos. Me encantaba ver a cineastas de todo el mundo. Tengo una conexión sentimental con Cannes. Allí presenté mi primer filme, Las vírgenes suicidas, y con su buena acogida sentí que había iniciado mi carrera. Pero de aquella primera vez, de niña, lo que más me impactó fue que Cheech y Chong presentaban Como humo se va e hicieron una gran fumata en la Croisette. Mis hermanos pudieron ir y a mi no me dejaron. Eso no se me olvida.

¿Ver a sus padres lidiar con los problemas de rodaje de Apocalipsis Now la hizo dudar sobre su vocación?

No creo que me diera cuenta de lo que ocurría tras las bambalinas. Recuerdo que yo me sentía feliz de estar en Filipinas. Aprendí mucho sobre lo que significa ser director. En aquel rodaje aprendí de mi padre que uno debe luchar por lo que cree. Y por eso me resulta tan gratificante lo que ocurre con La seducción, porque logré el elenco que quería y la pude hacer exactamente como la había imaginado, gracias al apoyo de Youree Henley, mi productora.

Su madre (Eleanor Coppola) acaba de dirigir su primer largometraje de ficción a los 80 años...

Sí, es impresionante; es una de las personas con más energía que conozco. Eso demuestra cómo tus pasiones te mantienen joven, porque ella siempre adoró el arte, nos llevaba a los museos y nos estimuló a que fuéramos creativos. Era algo esencial para ella y nos lo transmitió. También heredé de ella su temperamento. Creo que la tranquilidad que exhibo en los platós viene de mi madre, capaz de mantenerse en calma aun en medio de una tormenta.

¿Se sentía más cercana a su padre?

Yo era la consentida de mi padre. La mayoría de las adolescentes tienen una fricción con sus madres porque es contra quienes se rebelan para crear su identidad. Además, yo era la única hija en una familia italiana. No había forma de que no me sintiera cerca de mi padre. Ahora estoy muy unida a ambos.

Creció en Nueva York pero vivió en París. ¿Siente la influencia europea?

Absolutamente. Me encanta la cultura europea. Mi padre siempre puso énfasis en nuestra ascendencia italiana y pasamos mucho tiempo en Francia. Me siento muy afortunada de haber vivido en Europa y notar su influencia cultural. Pero me siento californiana de corazón.

Sus otras pasiones además del cine...

Siempre me gustaron el dibujo, el diseño de moda y la fotografía. Estudié en el Pasadena Arts Center, donde aprendí mucho sobre imagen, lo que me ha ayudado a la hora de crear la atmósfera de mis filmes.